Del común a las redes

[Traducción de George Yúdice. El ensayo fue publicado en portugués en Revista Observatório Itaú Cultural, 20 (enero-junio): págs. 127-140. http://www.itaucultural.org.br/revista/91827/. Lo divido en dos post, tal como fue inicialmente concebido]

Resumen // La lengua portuguesa tiene un vacío respecto al procomún. No hay una sola palabra para definir lo que es de todos y de nadie, que no es ni público o ni privado. La paradoja es doble porque Brasil es especialmente rico en prácticas del procomún. El texto analiza las diferentes definiciones y marcos teóricos del procomún, así como la relación del procomún con las prácticas colectivas y comunitarias en América Latina. Los términos «comunidad» y «red» también dialogan con el procomún, sin ser sinónimos. En la era de la red, el procomún traspasa lo digital y lo analógico, y puede enriquecer la diversidad cultural. Sin embargo, el capitalismo cognitivo y prácticas «de arriba abajo» del poder público son los principales enemigos del procomún.

La lengua portuguesa tiene una paradoja respecto al procomún: no existe una palabra propia para definir lo que es de todos y de nadie, lo que no es público ni privado. El inglés tiene la palabra commons. En español el término procomún, que existe desde hace cinco siglos, está de moda. La paradoja es aún mayor debido a que Brasil es especialmente rica en las prácticas de los commons. El procomún bebe de las tradiciones ibéricas (tierras de nadie, plazas públicas, propiedades comunales), la cultura africana (quilombos, creación colectiva) e indígenas (cosmovisiones amerindias, la propiedad colectiva, malokas o grandes cabañas comunales que abrigan tribus).1 Del mutirão (minga o trabajo colectivo) al concepto de comunidad que sustituye la palabra favela, Brasil es un granero de prácticas comunes. En el ámbito digital, después de años de apoyo público a las licencias Creative Commons y al software libre, Brasil también adquirió cierta exuberancia por el procomún.

Sin embargo, la lógica del mercado y la inercia de los poderes públicos no tienen sinergia con el procomún. Una empresa de tecnología patentada que se apropia de la narrativa «hacker» y de la «colaboración» o un estado que co-opta las dinámicas autónomas de la ciudadanía serían las dos caras de una misma moneda: la tragedia del procomún del siglo XXI. Además, la explosión de las llamadas redes sociales, un término que se utiliza incorrectamente como sinónimo de plataformas sociales digitales, vacía el debate sobre el procomún. No toda red social es sinónimo del “procomún” o del «bien común». En los últimos tiempos, la realidad muestra lo contrario: las grandes corporaciones controlan el ecosistema de la tecnología de las redes digitales. Empresas como Facebook, que se aprovechan de los datos del capital social y de los datos de los usuarios, inauguran una era poscolonial marcada por el extractivismo 2.0 de las grandes multinacionales.

Antes de continuar, sería necesario conocer algunas definiciones del procomún y tratar de relacionarlas con la cultura de red. ¿Sirve el concepto del procomún para diferenciar entre diferentes manifestaciones de la cultura de redes? Se puede decir que existe una relación entre la cultura de la red y las prácticas comunes? ¿Existen relaciones entre los conceptos de «comunidad», «comunitario” y «procomún»

DEL PROCOMÚN A LA COMUNIDAD Y VICE VERSA

Ana Méndez de Andés, del Observatorio Metropolitano de Madrid y la plataforma ciudadana

Ahora Madrid que gobierna la capital española, hace algunas aclaraciones en la entrevista para esta edición de la Revista Observatório: “En la cuestión de los comunes2 y sus políticas, creo que es útil separar los distintos ámbitos en los que se desarrollan. No es lo mismo las prácticas comunitarias de recursos fácilmente reproducibles, como el software o el conocimiento (lo que en España viene denominándose el “procomún”), que las prácticas comunitaristas de América Latina y su relación con los procesos constituyentes y de gobierno de Venezuela, Ecuador o Bolivia. O la construcción de comunes urbanos a partir de servicios públicos como en Europa.3 A pesar de los diferentes enfoques, hay muy fuertes puentes entre las prácticas comunes y comunitarias. El boliviano Gustavo Soto Santiesteban, un experto en temas indígenas hace una analogía directa entre término inglés commons y el Buen Vivir o paradigma civilizatorio quechua. El Sumak Kawsay o Suma Qamaña (términos indígenas del Buen Vivir), transformado en el horizonte de las políticas públicas de los gobiernos del Ecuador y Bolivia, tiene un intenso vínculo con la vida comunitaria: «El Suma Qamaña tiene varios significados que se manifiestan en la vida de la comunidad: los animales, las personas y los cultivos viviendo juntos con la Pachamama (» Madre Tierra » – agua, montañas, biosfera). Es una práctica comunitaria que encuentra su expresión organizativa en el ayllu’.4

El ayllu es una palabra que los pueblos aymara de Bolivia utilizan como sinónimo de una comunidad que trabaja con reciprocidad y propiedad colectiva. El mecanismo del bien común aymara es el ayni, un sistema de trabajo de reciprocidad familiar entre los miembros del ayllu. Si estudiamos las prácticas de la América precolombina se verá que todos los indígenas practicaban el crowdfunding (vaquinha en portugués, asociación de varias personas en el juego o para la realización de algo), o el crowdsourcing (trabajo abierto a la creación de la multitud) o las muy celebradas dinámicas participativas de la era 2.0. Por eso, para aproximarnos al procomún de una manera seria hay que destacar algunas de las prácticas colectivas precolombinas del continente, como el ya mencionado ayni o tequio (trabajo a favor del colectivo de la cultura zapoteca de México) o la minga (mecanismo quechua de trabajo colectivo, muy común en Perú, Ecuador y Colombia).

Es pertinente mencionar las prácticas colaborativas ancestrales de América Latina porque hay un movimiento creciente que trata de mezclar este legado con la cultura digital y hacker. En América Latina han surgido experiencias que unen ambos mundos, como Minga Abierta (LabSurLab), el Buen Conocer / Sociedad Flok de Ecuador (que conecta el Buen Vivir con el hacktivismo y el conocimiento abierto) o la Minga Campesina que conectó a los pueblos indígenas de Colombia con el movimiento de estudiantes y activistas de la cultura digital. ¿Podemos comparar el «procomún» y lo «comunitario»? ¿Cómo dialoga el procomún con la cultura de la red? ¿Qué tipos de red incentivan más el «procomún»?

DEL PROCOMÚN A LA COMUNIDAD

Antes de llegar a los diferentes enfoques del «procomún» es vital tratar de definir lo que es una comunidad y qué es una red. El urbanista italiano Domenico di Siena define5 la comunidad como «un conjunto de individuos que comparten elementos tales como un idioma, costumbres, valores, visión del mundo, edad, ubicación geográfica, status social …». La comunidad se basa en los sentimientos de pertenencia y por lo general suele operar con cierta jerarquía. Cada miembro tiene que confirmar su «filiación» con gestos presenciales o de compromiso. Sin embargo, la existencia de Internet ha abierto la puerta a las comunidades virtuales, cuyos enlaces pueden ser más débiles los de una comunidad territorial. En la era de la red, las comunidades virtuales son también comunidades territoriales que interactúan más allá de Internet.

El griego Kostas Latoufis, entrevistado para esta edición de la Revista Observatório pone de relieve la importancia de la comunidad: «La comunidad es el único remedio para nuestro tejido social fragmentado. La comunidad es lo que puede inspirar a la gente a cambiar. La construcción de comunidades resilientes es crucial, porque genera esperanza y un paradigma para la acción».

Antes de abordar las teorías del procomún hay que definir el término «red». Una red social, según Doménico di Siena, «es una estructura social compuesta por grupos de personas que están conectadas por uno o varios tipos de relaciones, intereses o que comparten conocimientos». Una red suele operar de forma más horizontal que una comunidad «, se basa en la información y en su pertenecer a la misma es flexible. En una red hay más libertad y transparencia de información «.

Ambos conceptos, lejos de ser excluyentes, conviven. Pero la existencia de una comunidad o red no garantiza lo “común». Una comunidad o una red puede ser un grupo de cabilderos de tecnología privadas que quieren eliminar el libre acceso a Internet, por ejemplo. Una comunidad y / o red que trate de dislocar hacia dentro del Estado la creación espontánea de la multitud es también enemigo del procomún. Entonces, ¿qué tipos de redes y comunidades enriquecen el procomún?

CUERPOS COMO HARDWARE

Nuestro comportamiento es el software, nuestros cuerpos son el hardware. Esta frase de Ted Nelson,6 uno de los pioneros de la informática, amplía la definición de la tecnología. Existen redes y comunidades fuera de las denominadas redes sociales digitales. Siempre existieron. El concepto del procomún, de hecho, surgió muchos siglos antes de la llegada de Internet. A pesar de las diferencias observadas entre «comunidad» y «prácticas de la comunidad», existe un vínculo entre los dos conceptos y el «procomún». Elinor Ostrom, una de los principales investigadoras de la «común», basó su libro más conocido7 en los estudios de poblaciones de estudio que autogestionan los recursos comunes. Ostrom hizo visibles las gobernanzas colectivas de los stocks de peces, pastos, bosques, lagos y cuencas hidrográficas, entre otros. El estudio de Ostrom, con el cual ganó el Premio Nobel de Economía en 2009, desafió la teoría de Garrett Hardin, para quien lo «común» es una tragedia8 que sólo puede ser resuelta por el Estado y el mercado.

Al contrario de Hardin, Ostrom demuestra que un conjunto de bienes comunes no está necesariamente mal gestionado y que la privatización o la regulación por entidades externas no son las soluciones más eficientes. Para Antonio Negri y Michael Hardt, dos de los grandes estudiosos del tema, lo común se elabora a partir de la idea de que en nuestro mundo actual la producción de riqueza y vida social dependen en gran medida de la comunicación, la cooperación, el afecto y la creatividad colectiva. El procomún comprendería entonces los entornos de recursos compartidos que son generados por la participación de muchos y que constituyen el tejido productivo esencial, especialmente en la metrópolis contemporánea. El sociólogo español Antonio Lafuente,9 una de las voces más respetadas sobre el tema, destaca los elementos que formarían el procomún: «Todo el mundo piensa que es muy importante defender el genoma como un bien de todos, como parte del procomún. También está de acuerdo en que la biodiversidad debe ser parte del bien común. Los bosque y la donación de órganos, las plazas, calles, posiblemente Internet y buena parte de lo que entendemos por cultura «.

La definición del procomún todavía en disputa. De hecho, ni los gobiernos ni las marcas han encontrado la fórmula para estimular los mecanismos políticos y sociales para preservar lo común y enriquecerlo. Por ahora, el procomún vive independientemente de los gobiernos y de los mercados, sea en una comunidad de programadores de Linux o en la gestión comunitaria del agua en la región de Valencia, España. 10

Sobre la relación del procomún y las «redes» también surgen algunas preguntas. ¿Sirve el concepto del procomún para diferenciar entre diversas manifestaciones de la cultura de redes? ¿Qué tipo de red incentiva más o conserva mejor el procomún? Hay redes que tratan de detentar el poder en un sentido convencional?

EL PROCOMÚN Y LA RED

En el libro La catedral y el bazar,11 Eric S. Raymond contrasta dos modelos de desarrollo de software. «Catedral» representa el modelo cerrado y vertical del software propietario vertical. El «bazar», con su dinámica horizontal y multiplicidad de conversaciones, representaría el ecosistema del software libre. El modelo bazar opera con los códigos de la ética hacker: colaboración, meritocracia, participación ….. el modelo catedral está construida sobre jerarquías y espacios cerrados.

¿Cuál es el secreto de la supervivencia del bazar? ¿Por qué Linux, la gran metáfora del software libre y del procomún, se considera el sistema operativo más eficiente del mundo? Muchos pensadores relacionan la definición de red distribuida que Paul Baran pronunció en 196412 – según la cual cualquier nodo puede conectarse a cualquier nodo sin pasar por el centro – con el procomún. Una red distribuida suele enriquecer la diversidad y el procomún. El bazar muestra una topología más similar con una red distribuida con una red centralizada. Pero la topología de red distribuida no es la condición sine qua non que garantiza el procomún. La existencia de las comunidades es vital para la supervivencia de una red distribuida. Pero hay comunidades y redes distribuidas, como las élites financieras,13 cuyo objetivo es antagónico al procomún.

Por otro lado, las redes casi nunca son verticales o distribuidas de una forma categórica. El investigador Albert Barabási, autor del libro Linked,14 destaca las asimetrías en las topologías de la red. Todas las redes, más allá de los nodos y enlaces de entrada y salida, tienen grupos de nodos, los clusters. También hay un pequeño número de nodos con un gran número de enlaces a otros nodos: son los llamados hubs. Toda red tiene clusters y hubs. Casi ninguna es completamente horizontal. Así, a pesar de que las redes distribuidas suelen generar procesos con mayor diversidad, ninguna topología de red asegura per se al procomún. Entonces, ¿cuál es la esencia del procomún y qué mecanismos incentivan y preservan el procomún? La orientación al «bien común» de una red – que puede ser asimétrica, que puede tener varias comunidades que interactúan, que puede tener clusters y hubs – es la clave. El cuidado de la red por los miembros de la misma, la voluntad de conservar la red, entender la red como un cuerpo colectivo, como un proceso abierto, en vivo, son características de las redes orientadas al procomún.

Para entender mejor lo que significa el procomún, veamos dos ejemplos que van en la dirección opuesta. El primero es Internet.org, que Facebook quiso lanzar en todo el mundo con la narrativa de una «Internet gratuita». Internet.org era una aplicación desde la cual el usuario podría acceder de forma gratuita a algunas plataformas (datos sobre el clima, salud, clasificados, librerías, noticias …) y al mismo Facebook. Pero Internet.org, como aseguró en abril Carolina Botero, presidente de Creative Commons Colombia, «no es la Internet».15 Internet.org es sólo una ventana que privilegia el acceso de algunos servicios sobre otros. Internet.org es una amenaza a la libre circulación de la información, la libertad de expresión, el libre acceso a Internet y la neutralidad de la red. Tim Berners-Lee logró que la propiedad intelectual de la World Wide Web fuese abierta: cualquier usuario puede «utilizar, reproducir, modificar y distribuir»16 el código fuente de la Web. Tim Berners Lee impidió que cualquier empresa privada pueda apropiarse del código fuente, democratizó la web para siempre. Internet.org hace lo contrario: cierra el horizonte de la navegación.

En segundo lugar, la apropiación del procomún puede ser comprendida estudiando del comportamiento polémico del colectivo Fora do Eixoy su marca Mídia Ninja. La lógica de la operación de dicho colectivo resume el “cercamiento del procomún” descrito por Peter Linebaugh en su libro El Manifiesto de la Carta Magna.17 En primer lugar, numerosos actores culturales18 denunciaron la apropiación de su capital simbólico para el propio beneficio económico del colectivo (el uso del capital ajeno para conseguir recursos financieros que luego no se distribuyen en su red). En segundo lugar, la práctica de apropiación de espacios y luchas comunes es otro de los argumentos más repetidos en contra de Fora do Eijo / Mídia Ninja. El lanzamiento de la República de Cinelândia, durante la Copa del Mundo en 2014 fue denunciado por muchos actores sociales como «estrategia de apropiación de los movimientos autónomos».19 La cooptación política y el vínculo del colectiva con partidos políticos y el Estado, en los últimos tiempos desde la marca de Mídia Ninja, reúne las características de la interferencia de lo público y del Estado en el procomún: dicho mecanismo conduce al procomún para dentro del poder, causando la desaparición del procomún y acabando con la autonomía de la ciudadanía. El colectivo estaría poniendo en práctica los mecanismos del capitalismo cognitivo (lo privado) y del Estado (lo público) que secuestran el procomún.

Para enriquecer el procomún, cualquier nodo de una red debe practicar lo que Peter Linebaugh denomina commoning, que podría significar algo así como prácticar e incentivar el procomún. Julie Ristau, codirectora de la publicación On the commons, da una definición que acaso sea la más emocionante del commoning,20 que también resume el espíritu de lo común: «El acto del commoning se basa en una red de relaciones hechas bajo la expectativa que todos nosotros cuidemos a todos y con un entendimiento común de que algunas cosas nos pertenecen a todos, que es la esencia misma del procomún».

1 Texto escrito por el autor para el proyeto Mapeando o Comum do Rio de Janeiro. Disponible en: <http://mappingthecommons.net/pt/riodejaneiro/&gt;.

2 En lengua española es muy frecuente el uso de la expresión “los comunes” para hablar tanto del “procomum” en tanto concepto como de los “bienes comunes” (sean digitales, recursos naturales, cultura).

3 Tanto en inglés como em español el término “comunes” es usado como nombre. Es frecuente usarlo acompañado de los adjetivos “urbano” (“urban commons”, “comunes urbanos”) o rural (“rural commons”).

4 SOTO G.; HELFRICH S. El Buen Vivir and the commons: a conversation between Gustavo Soto Santiesteban and Silke Helfrich. 2012. Disponible en: <http://wealthofthecommons.org/essay/elbuenvivirand-

commonsconversationbetweengustavosotosantiestebanandsilkehelfrich>.

5 Di Siena, D (2012, el 30 de setiembre), “Urbanismo Emergente, Ciudadanía y Esfera Digital”. Disponible http://urbanohumano.org/es/urbanismo-tactico/urbanismo-emergente-ciudadania-y-esfera-digital/

6 Wright Stenson, M (2010), “Urban Software The Long View”, The Habitar, pág. 3. Disponible en: w.girlwonder.com/blog/wp-content/uploads/2010/04/steenson-habitar.pdf

7 El libro Governing the commons: The Evolution of Institutions for Collective Action, publicado en el año 1990, es considerado la Bíblia del commons.

8 Hardin, G (1968). «The Tragedy of the Commons». Science 162 (3859): 1243–1248. Disponible en: http://science.sciencemag.org/content/162/3859/1243.full.

9 Vídeo Qué es el procomún con Antonio Lafuente https://www.youtube.com/watch?v=YRh6SUnOW0A&sns=em

10 El Tribunal de las Aguas de Valencia es uno de los casos de estudio del libro El gobierno de los bienes comunes de Elinor Ostrom.

11 Raymond, E.S. La Catedral y el Bazar, 1997. Disponible en: http://softlibre.unizar.es/manuales/softwarelibre/catedralbazar.pdf

12 Gabriel, M (2012, 6 de enero), Redes sociais centralizadas vs. Distribuídas. Disponible en http://www.martha.com.br/2011-02-11-redes-sociais-centralizadas-vs-distribuidas/

13 Los primeros estudois de Manuel Castells estudian justamente cómo las élites financeiras se organizan en red.

14 Lázslo Barabasi, A. Linked. 2002. Editora Jackson

15Botero, C (2015, 15 de janeiro), “Internet.org no es Internet”, El Espectador. Disponible en http://www.elespectador.com/opinion/internetorg-no-internet-columna-538173

16 Artículo sobre las licencias abiertas de la Web. http://home.cern/topics/birth-web/licensing-web

17 El Manifiesto de la Carta Magna, Madrid: Traficantes de Sueños. Disponible en: ww.traficantes.net/libros/el-manifiesto-de-la-carta-magna

18 El enlace a continuación contiene varios testimonios: http://osforasdoeixo.noblogs.org/materias-contra-o-fde/testimonios-y-casos-hito/

Un mundo común cabe en una servilleta

Notas sobre Un mundo en comun, de Marina Garces. Preparando un post para codigo-abierto.cc

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El libro Un mundo común, de Marina Garcés, cabe en una servilleta. O casi. En una servilleta, en los márgenes de un cuaderno, en las notas rápidas de un teléfono Samsung, en una nota digital de un tablet. Tomé prestado el libro Un mundo común de David Vila, en Quito, tras mi (pen) último paso por el proyecto Flok Society / el Buen Conocer. Viajé leyéndolo a ráfagas, en un viaje mochilero por el Pacifico ecuatoriano. De Quito a Guayaquil, de Guayaquil a Manta, de Manta a Esmeraldas, de Esmeraldas a Borbón, en el regreso a Quito, fui anotando las frases que más me impactaban (sí, el libro te afecta, te atraviesa) allá donde podía. En algún momento, apenas tuve una servilleta. En otros, estaba armado de papel o aparatos. El resultado de mis anotaciones es un texto transversal, atmosfera-y-rizoma, emocional y bastardo, lateral y definitivamente no lineal. Es lo que quedó de de Un mundo común en mí, en mis pliegues y flujos.

El libro me gustó tanto que decidí colocar en un post todas las frases desperdigadas de mi lectura de Un mundo común. Frases, palabras, que son o fueron de Marina, que ya son mías y tal vez nuestras. Palabras que conforman un fragmento, otro relato que también está incompleto, como el libro, como todos ellos. Un relato que espero que también te atraviese, que te empuje hacia ese otro fragmento más extenso, que es Un mundo común, que hará emerger otros horizontes. Podría hacer una reseña sesuda, pretenciosamente intelectual, coserle procomún y commons a mansalva. Pero alquien (Marina) que escribe con la piel para entenderse no se merece una fría reseña. A continuación, los retazos, tal como se estamparon en la servilleta y/o tablet. Palabras, que son o fueron de Marina, que ya son mías y tal vez nuestras, que son un poco remezcla, un poco curva, un poco círculo que se abre.

«Lo común no es nada, frágil conquista, punto de partida sin recetas, sin programa, sin soluciones prexistentes. Lo común no puede ser liberado ni colonizado, porque no hay salida, porque no hay cárcel, que no hay afuera ni después. Más allá de la dualidad  unión / separación, los cuerpos se continúan. El nosotros antagonista no puede durar: atrapado en el tiempo del milagro, de lo raro, de la fiesta, del intervalo, del éxodo. La narración basada en fines y consecuencias se clausura. Tenemos que violentar junto a otros la validez de sus coordenadas. Tomar posición, articula el mapa de los posibles. No nos sirve apenas la escritura cómo código para rehacer el mundo, aquel individuo=página en blanco, sociedad= página a borrar. Las páginas están saturadas para ser reescritas, ¿qué puede pasar en los bordes? Tenemos dos alternativas que no se excluyen: interferenciar o desequilibrar, el éxodo o infiltración, escapar o agrietar, construir o contagiar. Me gusta abrir las paredes del cristal al contacto, buscar las interferencias desde el borde. ¿Qué es nuevo, cuando todo se cae? Es un cartel en las paredes de Atenas que dice, fuck may 68, fight now! Lo nuevo son mapas de tentativas, no proyectos. El nosotros como nuevo sentido de lo común, no suma sino coimplicación.

El capitalismo agota la totalidad de lo visible, no hay más que ver. Todo es una brutal y ligera imagen, un juego en el que nadie juega y todos miran. Pero la visión periférica nos envuelve en la carne del mundo. El ojo sensible relaciona lo enfocado con lo desenfocado, lo nítido y lo vago. No podemos verlo todo. No hace falta: quedémosnos en los márgenes, en los plieges, en las articulaciones. El tacto contra la vista, el ano contra el ojo. Inventemos desplazamientos con la torpeza del tacto, aterrizemos en la filosofía desencajada. Entendamos que la principal palabra no es la liberdad del individualismo sino el vivir juntos. Para el imperialismo del Yo Pienso, la pluralidad de conciencias siempre será un escándalo. La imposibilidad de ser solo individuo nos sugiere el Yo-otro. Por eso es importante tomar conciencia del advenimiento del intermundo. No hay mundo para el hombre que no sea intermundo. La nuestra es una ontolodía del entre, de la no-conciencia, de un ser pensado como estallido y como diferenciación, como relación entre variantes, desvíos, de una dimensión común cuya unidad cristaliza en la diferencia.

La historia, lejos de ser acumulación de eventos o ley absoluta, es una práctica colectiva y anónima de institución de significado. Por eso podríamos todos ser dos círculos concéntricos que no son idénticos por un ligero y misterioso desencaje. Somos finitos porque estamos inacabados, estamos en continuidad y debemos ser continuados. Somos finitos porque nuestros límites no están definidos y podemos ser dañados. Imaginemos los otros como desvío, como relieve de una misma visión en la que participamos. Perder el miedo al mundo es aprender a vivir en lo que no tiene nombre. Convertirse en anónimo es ser un ángulo ciego. Rompe la representatividad y sus dimensiones legitimadas. El anominamo como inacabamiento no es déficit: es potencia. La vida emerge, a veces, como horizontes inacabados.

La comunidad inconfesable, la comunidad de amantes, destruye sociedad. Crea la política lejos de la mesa del estratega, se envuelve con el mundo, con los clarooscuros. La riqueza inacabada del mundo está llena de secretos, de márgenes, de opacidades, de invisibilidades, de desviaciones, de reversos, de incomprensiones.

Lo común no es nada, frágil conquista, punto de partida sin recetas, sin programa, sin soluciones, prexistentes. Lo común no puede ser liberado ni colonizado, porque no hay salida, porque no hay cárcel, porque no hay afuera ni después».

*Una pena que Un mundo en común tenga copyright y que no exista descarga libre.

 

 

#OtraGrecia, la Grecia procomunal que no sale en los medios

¿Por qué apenas tenemos noticias de lo que está ocurriendo en Grecia? ¿Por qué los grandes medios no realizan coberturas en profundidad sobre lo que está pasando? Apenas llegan noticias sobre el nuevo partido de sesgo nazi Amanecer Dorado, sobre el hundimiento de la macroeconomía o las protestas callejeras. ¿Pero por qué no nadie informa sobre el nuevo mundo que está naciendo en las ciudades postfordistas, postcapitalistas y (casi) autogobernadas del país donde nació la democracia occidental? El activista griego George Papanikolaou, médico de profesión, me contaba por email recientemente que en Grecia la mayoría de la clase media ha salido del estado del bienestar.  Y que por eso, Grecia es el primer lugar de Europa donde la sociedad está abandonando el dilema Estado – mercado y está orientando sus acciones hacia el procomún.

Esta entrada es un pequeño esfuerzo para visibilizar el proceso social orientado a los bienes comunes y a la gestión horizontal de los mismos, que está naciendo en Grecia. Al final sugeriré usar los hashtags de Twitter #OtraGrecia y #OtherGreece, para dialogar y visibilizar colectivamente la nueva Grecia orientada al commons que los medios y la Troika quieren invisibilizar. Antes, quería mencionar dos proyectos intimamente relacionados con la nueva Grecia.

Primero, quiero destacar el brazo griego de la prestigiosa P2P Foundation, el más activo tras el de lengua inglesa. Además, el griego es el único idioma a parte del inglés tienen un blog en la P2P Foundation. Por otro lado, quiero destacar el proyecto Mapping the commons que el colectivo sevillano Hackitectura realizó en Atenas en el año 2011. Mapping the Commons es una cartografía de la capital griega vista desde la perspectiva de los bienes comunes, entendidos en sentido amplio: bienes materiales e inmateriales. La cartografía incluye no sólo el mapeo de lugares sino también el de situaciones y redes:  parques públicos, puntos de conexión WI-FI, acciones contra las políticas migratorias o la gentrificación, grupos ciudadanos a favor del uso de la bicicleta, espacios autogestionados… El proyecto, realizado en la plataforma Meipi, cuenta con un completo site. En Hackitectura están colgados algunos de los vídeos realizados durante el taller.

 

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Imagen: Hackitectura

A continuación cito algunos proyectos griegos orientados al procomún. La idea divulgar todos los proyectos / realidades que vayamos encontrando en los hashtag #OtraGrecia y #OtherGreece (en inglés). Me comprometo a divulgar personalmente los proyectos que aparezcan en los comentarios de este post.

P2P Lab. Un laboratorio de investigación en la ciudad de Ioannina sobre prácticas peer-to-peer, el procomún y de la filosofía de código abierto. Aquí un vídeo de presentación, P2P and Utopia.

Navarinou Park. El parque Navarinou Park es un espacio autogestionado de Exarcheia. En marzo de 2009 una multitud respondió a una llamada digital y ocupó el espacio con un objetivo: convertir el parking en un parque. Con jardinería de guerrilla, los ciudadanos fueron transformando el parking en un parque auto organizado, anti-jerárquico y  anti-comercial, gestionado con asambleas abiertas.

Mercado de Shisto. El procomún, en palabras de Hacktitectura, puede surgir de «prácticas comerciales en mercados en espacios abiertos». Schisto, celebrado todos los domingos, se ha convertido en un mercado libre, abierto  y no controlado por las autoridades. Existe el trueque de mercancías y también el intercambio de servicios entre profesionales.

Athens Wireless Metropolitan Network (AWMN). Athens Wireless Metropolitan Network (AWMN) es una comunidad horizontal de Wi-Fi, que conecta a personas y colectivos con tecnologías libres.

Freecycle Athens / Universidad libre. Ante el intento de privatización de la Universidad pública y ante los constantes recortes de presupuesto, los estudiantes y profesores griegos están gestionando el conocimiento de forma asamblearia.La Escuela de Arquitectura en concreto está incluso organizando aulas en la emblemática plaza de Syntagma.

Hospital AutoGestionado de Kilkis. Ante los recortes, los médicos y trabajadores de un hospital de Kilkis (norte de Grecia) decidieron ocupar el mismo. Un año después, el hospital continúa funcionando de forma autogestionada y horizontal. Aquí el comunicado de la asamblea de trabajadores que decidió ocupar el hospital. Aquí algo de información y un documental.

Divulga otros proyectos y procesos que estén ocurriendo en Grecia en los hashtags de Twitter #OtraGrecia y #OtherGreece.

Mondragón, referencia mundial del #PosCapitalismo

SHIFT CHANGE – preview from Mark Dworkin on Vimeo.

En los últimos tiempos, la ciudad vasca de Arrasate/Mondragón está llamando mucho la atención del mundo. En medio de una crisis financiera casi crónica, el modelo empresarial de la Corporación Mondragón ilumina un camino radicalmente diferente. El ejemplo cooperativista de este grupo fundado en 1956 es uno de los protagonistas del documental Shift Change: Putting Democracy to Work. Este documental de Mark Dworking y Melissa Young, que consiguió financiación vía crowd funding en la plataforma Kick Starter, retrata, junto a otras cooperativas estadounidenses, el modelo de la Corporación Mondragón.

Por otro lado, la BBC británica realizó un reportaje recientemente en el que retrataba al grupo Mondragón, con sus más de 250 empresas cooperativas y sus más de 83.000 trabajadores, como un oasis en la España golpeada por la crisis. The Guardian también elaboró un reportaje, titulado Mondragón: el gigante cooperativo de España donde los tiempos son duros pero no se despide a nadie. The Guardian, eso sí, no solo elogia un modelo que ya es referencia mundial. También critica el hecho de que se haya trasladado parte de la producción a países más pobres. Los trabajadores del extranjero no son propietarios de la cooperativa. Y por eso, The Guardian lanza su crítica: «son también capitalistas con sangre fría,que viven del salario de otros».

La crítica del rotativo inglés, bastante injusta, por cierto, me ha hecho pensar sobre otras cosas. Soy un gran admirador del modelo de la Corporación Mondragón, pero no está mal abrir el debate. Por ejemplo, el durísimo copy right que rige el site de la Corporación Mondragón. ¿Tiene sentido que cooperativa gigantesca, regida por la propiedad colectiva y los procesos horizontales se apoye en el leonino copyright? En la era red, sería más acorde que usaran, por ejemplo, la Peer-to-peer licence, de la que ya he hablado en este blog, que permitiría a otras cooperativas o colectivos republicar su contenido. ¿Qué mejor publicidad que el boca a boca? La Corporación Mondragón, en un paulatino cambio de piel, podría empezar también a apoyar el hardware abierto. Podrían abrir el código de su tecnología y compartirla con el mundo en un proceso de red. Sería su mejor branding. Y para acabar de soñar la mutación P2P de Mondragón, por qué no pensar que un día abandonará su formato empresa o cooperativa para adoptar el de  una filé.

Una filé, según la Indianopedia del grupo cooperativo de Las Indias, es «una comunidad transnacional -o una red de comunidades transnacionales- que se dota de un tejido empresarial y comercial propio, basado en compañías comunitarias y ordenado bajo el principio de democracia económica, para asegurar su autonomía». Con una red de filés asociadas no sería más necesario subcontratar mano de obra en el tercer mundo para ser competitivos.

Remix the commons (Remezclando el procomún)

Define the Commons from Remix the Commons on Vimeo.

Documenta el procomún. Remezcla el procomún. Comunícalo. Compártelo. Así de sencilla es la filosofía de Remix the Commons, que podríamos traducir como ‘Remezcla el procomún’. Remix the commons, una heterogénea iniciativa canadiense en la que coinciden instituciones, colectivos, pensadores y activistas, tiene un objetivo principal: explicar de una forma multimedia y fresca al conjunto de la sociedad qué es el procomún (commons en inglés, le bien commun en francés). Y para ello han creado una interesante estrategia multiplataforma donde personas de todo el mundo participan en red de una forma no jerárquica en la creación de contenidos.

El epicentro de Remix the Commons es su wiki. En ellas podemos leer, por ejemplo, la definición del proyecto: «Remix The Commons es un espacio narrativo común de colaboración multimedia. Remix the commons tiene como objetivo aumentar el poder de los ciudadanos para actuar en la propiedad creativa y colaborativa del concepto y prácticas del procomún desde una perspectiva intercultural». La documentación multimedia y el remix – según su wiki – «implican un proceso de (re) apropiación de bienes comunes del conocimiento. Nuestro objetivo es ayudar a definir el bien común, facilitando el intercambio de documentos e ideas, ilustraciones y prácticas, en torno a este tema». En la misma wiki, en su apartado de vídeos, está documentado todo el proceso de elaboración y las entrevistas sueltas que conforman el vídeo que abre esta entrada.

Otros espacios de diálogo de Remix the Commons son una lista abierta de correos y un blog donde se comparte todo el contenido creado. Además, Remix the Commons está incentivando la denominada Escuela de los Comunes, conectada ya con otras experiencias similares, como la Escuela de los Comunes de Barcelona. En un momento en el neoliberalismo parece agotado y los bienes comunes cotizan al alza en los movimientos en red, explicar de una forma divulgativa qué es el ‘procomún’ es algo primordial. Los medios masivos no suelen darle demasiada importancia al creciente movimiento procomunero. Ni siquiera en España, donde existen espacios/proyectos tan consolidados como el Laboratorio del Procomún del MediaLab Prado o incipientes como la Fundación de los Comunes. La traducción para una buena parte de la sociedad del concepto ‘procomún’ como algo que va más allá de lo público, algo que es todos y de nadie al mismo tiempo, sigue siendo necesaria.

Por todo ello, concluyo esta entrada con una definición del site de Remix the Commons y con un vídeo del sociólogo Antonio LaFuente, ¿Qué es el procomún?. 

«Hablamos de los «bienes comunes» cada vez que una comunidad de personas que se unen por el mismo deseo de cuidar de un recurso colectivo o crear uno y se auto-organiza de manera participativa y democrática para ponerse al servicio del interés general. El agua, el aire, los bosques, los océanos y otros recursos naturales, un idioma, un paisaje, un obra o un edificio pasan así a ser de dominio público«.