Hacia un postnacionalismo mestizo

Bernardo Gutiérrez, Publicado en Ctxt.es

Contra todo pronóstico, la división étnica de los Balcanes se esfumó abruptamente en febrero de 2014. La durísima crisis económica provocó una oleada de manifestaciones en las que se fundían banderas bosnias, serbias y croatas. Sarajevo bullía con asambleas masivas. Todas las etnias y religiones se diluían en un grito común. La revuelta arrancó en Tuzla, ciudad de mayoría musulmana, cuando miles de trabajadores fabriles desempleados tomaron las calles. La revuelta se expandió hacia la ortodoxa Serbia. Y rápidamente a Sarajevo. El filósofo croata Srecko Horvat, en su crónica Godot llega a Sarejevo, describía con entusiasmo a los angry bosnian: “Soy católico, soy judío, soy musulmán, soy todos los ciudadanos de este país”, decía un ciudadano en una asamblea. “Si soy musulmán, y él es serbio o croata, si tenemos hambre, ¿no somos hermanos? Somos al menos hermanos en el estómago”, replicaba otro.

El filósofo esloveno Slavoj Žižek, con su habitual prosa lenguaraz, se subió a la nueva ola de rabia balcánica interétnica: «Hasta ahora, las únicas protestas masivas en Bosnia y otros estados post-yugoslavos eran sobre pasiones étnicas o religiosas. (…) Estamos lidiando con una rebelión contra las élites nacionalistas: el pueblo de Bosnia ha entendido quién es su verdadero enemigo: no otros grupos étnicos, sino sus propios líderes (…) Aunque la protesta pierda fuerza, quedarán chispas de esperanza, algo como los soldados enemigos confraternizando en las trincheras de la primera guerra mundial». Post Yugoslavia, decíamos. ¿Post nacionalismo?

Desde una España atravesada a primera vista por nacionalismos crecientes a ambos lados del Ebro, las estampas power love balcánicas parecen fake news. O lo contrario: son un pelotazo/objeto de deseo. La España de balcones embanderados no es la Bosnia de 1993, evidentemente. Pero nacionalismos, otro tipo de, haberlos-los-hailos. El procés catalán ha aportado algunas nuevas variables. El nuevo «indepe» no siempre abraza una causa identitaria, sino rupturista con un Estado. El procés se ha cepillado al catalanismo de barretina, me dijo hace meses Antonio Baños, otrora star pública de las CUP. Carme Forcadell, en el documental Informe General II dirigido por Pere Portabella, destacaba la emoción de crear algo desde cero: «Es lo que hace que sea un proyecto cohesionador. Es de mucha gente que no ha nacido en Cataluña, pero que está compartiendo este proyecto porque entiende que desembocará en un Estado del bienestar mejor, más justo y democrático». De alguna manera, muchos actores clave del procés, aunque sean nacionalistas en la intimidadescenifican que el nacionalismo tradicional no es la esencia del procés.

LA ESPAÑA DE BALCONES EMBANDERADOS NO ES LA BOSNIA DE 1993, EVIDENTEMENTE. PERO NACIONALISMOS, OTRO TIPO DE, HABERLOS-LOS-HAILOS

La República catalana quiere o podría llegar a querer ser otra cosa. Además, los Mamporrazos Marca España 1O movilizaron hacia las urnas a miles de personas no nacionalistas. La periodista Alba Muñoz explicaba cómo su abuela de Jaén, muy reacia al referéndum, acabó acercándose a las urnas: «El pasado fin de semana, cuando empezó el desembarco de policías en Barcelona, le dijo a mi madre que ella había decidido esconderse la papeleta entre las tetas». Sin embargo, parece que los nuevos aromas del procés, la República Que Parecía Salir de La Chistera, ha salido mal. No ha salido de la casilla de salida, vaya. Ha acabado dividiendo a los angry catalan y los angry spaniards. Con un truco clasicón, además, usado ya en la Primera Guerra Mundial evocada por Žižek para dividir al pujante internacionalismo obrero: el nacionalismo. O un casi-nacionalismo que ha impedido exportar el rupturismo más allá del Ebro. Un casi-nacionalismo que ha rechazado la importación de la República catalana desde el resto de España.

Dividiendo las conexiones 15M

La explosión del 15M diluyó siglos de desencuentros nacionalistas y/o regionalistas y/o whateveristas. El 27 de mayo de 2011, cuando los Mossos d’Esquadra desalojaron violentamente la Acampada Barcelona de Plaça Catalunya, una multitud empuñó claveles en la Puerta del Sol de Madrid y gritó «Barcelona no estás sola». Las redes tejidas por la ciudadanía desdibujaban antagonismos históricos. El Gobierno Rajoy y el Govern Mas tenían planes similares: recortes & represión. Y el 15M desplazó desde abajo el tablero de juego, las prioridades.  «Las formas de cooperación de los movimientos red no pasan ya por grandes dogmas ideológicos unitarios sino por conectar las prácticas», escribía el investigador Arnau Monty.  Sin embargo, el procésiba emergiendo. Seducía, crecía. La Via Catalana de la Independència, aquella cadena humana de 400 kilómetros de la Diada del 2013, catapultaba el ya contundente procés. En medio, como Objeto Rupturista No Identificado, el 15M seguía desordenando el antagonismo de la clase política de España-Cataluña. El fluido diálogo del sujeto político plazas seguía ignorando el choque de trenes nacionalista.

Pero Spain is not so different, vamos. El amor transnacional en los tiempos del Tinder es más la norma que excepción. En 2012, cuando el gobierno de Israel amenazaba con bombardear Irán, nació la campaña Israel loves Iran. El diseñador israelí Ronny Edry subió a Facebook un mensaje con un diseño colorido: «Iraníes, nunca bombardearemos vuestro país. Os amamos». La reacción en red fue explosiva: miles de diseños y mensajes de amor de ciudadanos israelíes hacia iraníes. Desde Irán, no tardaron en llegar mensajes de amor. Israel, we love you. Pueblos en red, unidos, desmantelando la narrativa nacionalista de los Estados de Israel e Irán.  Spain is not so different. Y es que este guirigay que de vez en cuando pone en jaque a los Estados nación viene de lejos. En los años setenta, Felix Guattari hablaba cómo el planeta se desterritorializaba. Imaginaban una máquina de deslocalización y confabulación, un rizoma subterráneo contectando a pueblos y culturas. Manuel Castells habla ya hace muchos años del Estado Red y de un espacio de flujo. David de Ugarte, en su Trilogía de las Redes, habla de la filé (estructura económica transnacional) y la plurarquía(nuevo sistema político basado en las decisiones colectivas) como estructuras potsnacionales y postestatales. Y a esto llega el pack procés-Piolín-artículo 155 y España vuelve a intentar ser un Estado Nación de Acero. «Tu país vuelve una y otra vez a los Reyes Católicos. Es una jodida condena», le suelta Ayleanna, una alumna neoyorquina de 20 años al profe hispanista Ángel Luis Lara. España como bucle crónico, como nación incompleta, como ring incómodo de un porrón de naciones.

Postnacionalismo hispánico, postnacionalismo anglosajón.

Buscar la palabra «postnacionalismo» en castellano en Google convierte a España en una verdadera campeona postnacionalista. Los nacionalismos de las repúblicas latinoamericanas ni se despeinan en Google.  En los primeros lugares, encontramos artículos que enarbolan un postnacionalismo forzadamente aséptico ante el declive de ETA y del plan soberanista de Ibarretxe. «Algunos nos reivindicamos del postnacionalismo, término que debemos a Jon Juaristi y que hoy y aquí quiere expresar, telegráficamente, la victoria del autonomismo sobre el independentismo», escribía el socialista Ramón Jáuregui desde esa prehistoria llamada 2008. «El nacionalismo político se ha convertido en una fuerza residual, incapaz de influir en España (…) No creen que España sea una nación de naciones, y a Cataluña la ven sólo como su patria chica», escribía Xavier Mas de Xaxàs desde Prehistoria 2008, ese país. Otros artículos, más cercanos en el tiempo, como el de José Luis Salgado, sugieren construir un postnacionalismo basado en derechos cívicos y fraternidad: «Nuestras sociedades son mucho más diversas que lo que pueda englobar un estado-nación. Hoy en día no podemos hablar de monocultivos ni en materia lingüística ni religiosa, ni étnica. Ni de una conciencia nacional que englobe al 100% de la ciudadanía de un territorio».

En el libro Derecho a la intolerancia, Slavoj Žižek lanza proyectiles contra el multiculturalismo de los Estados (neo) liberales. Desmonta la falsa dicotomía democracia (neo) liberal vs fundamentalismos. Deconstruye ese mito de que el capitalismo provoca la convivencia de etnias / razas / nacionalismos. Y cuestiona esa defininición de fundamentalismo que sirve tanto para un fanático religioso de Al Quaeda como para un independentista vasco del mismo Bilbao.

Buscar la palabra postnationalism en inglés nos brinda otro campeón googleiano: Canadá.

En 1963, el pensador Marshall McLuhan afirmaba que Canada era «el único país del mundo que sabe vivir sin una identidad». El artículo de The Guardian The Canada experiment: is this the world’s first ‘postnational’ country?explora este postnacionalismo que tiene una narrativa inclusiva de raíces indígenas que da la bienvenida a inmigrantes y refugiados. El país que permitió varios referéndums en la región francófona de Quebec hace suyas las identidades y pertenencias múltiples de la post modernidad. Canada renace como una reversión revolucionaria del mito estándar del Estado nación. El mismísimo primer ministro, Justin Trudeau, afirmó en 2015 a New York Times Magazine que Canada podría ser el primer Estado postnacional del mundo: “No hay una identidad matriz, mainstream, en Canada”.  Un párrafo del sociólogo argentino Marcelo Urresti sobre las identidades posmo encaja con esta Canadá guachi tolerante: «La época actual se despliega en un mundo encantado por los valores de un presente que se ensancha y toma el lugar del futuro, donde a su vez la pertenencia inmediata convive en una pluralidad de comunidades que se aleja del antagonismo, (…), por lo cual los opuestos en vez de rechazarse, se reclaman».

¿Tienen algo que ver los angry bosnian con los happy canadian? Žižek, en su texto sobre las revueltas bosnias, critica la visita de las Pussy Riot a Nueva York, donde fueron recibidas por lo que describe como «la mafia habitual de los derechos humanos» (Madonna, Bob Geldof, Richard Gere): «Lo que deberían haber hecho era expresar la solidaridad con Edward Snowden, y afirmar que Pussy Riot y Snowden son parte del mismo movimiento global». Žižek sostiene que el verdadero desafío (¿postnacionalista?) de los andry bosnian será «organizar protestas hacia un nuevo movimiento social que ignore las divisiones étnicas». El desafío podría ser el mismo para los happy canadian. O para el català emprenyat (angry catalan). O para el castellano-mala hostia (angry mesetario).

Cierto: Canadá desborda el «multiculturalismo liberal» encarnado por Hillary Clinton.  También es la otra cara de la moneda del Estado nación xenófobo de Trump o Le Pen. Pero hace falta dar un paso más. Y ahí es donde España, extraviada en su bucle secular, puede ser una verdadera potencia postnacionalista. El mexicano José Vasconcelos, en su clásico La raza cósmica, publicado en 1925, consideraba que el mestizaje latinoamericano de los pueblos ibéricos (españoles y portugueses), tan diferente a la exclusión racial de los anglosajones, era la herramienta para un nuevo mundo transfronterizo e interracial. La raza cósmica va más allá de la convivencia de culturas: era/es/será esencialmente mestiza, transcultural.

El mestizaje reivindicado por la chicana Gloria Anzaldúa – un auténtico icono feminista y queer – podría ser linterna del postnacionalismo ibérico-planetario. Un mestizaje que es un «más allá», un océano que diluye el binarismo occidental. Un mestizaje que permite ser muchas cosas sin dejar de ser otras. Es más trans que multi. Es un heterogéneo ser sin estar siempre. «La rigidez significa la muerte, solo manteniéndose flexible puede la mestiza expandir la psique», escribía Anzaldúa en su hit Borderlands / La Frontera: La Nueva mestiza de 1987La nueva mestiza de Anzaldúa normaliza otra forma de estar en el mundo y explica con simplicidad plástica todo lo que los académicos de la teoría decolonial y/o postcolonial no conseguirían explicarle al público de Operación Triunfo. La nueva mestiza es un cuerpo que tolera las contradicciones, lo ambigüo. Está más allá de la postmodernidad, que no deja de ser un confuso colofón de aquella gran modernidad occidental. La nueva mestiza habita una nueva transmodernidad, que se salta las fronteras de los Estados nación. La nueva mestiza  es pluriversal, algo mucho más molón que ser universal. Es el pedacito trans que le falta a la postmoderna Canadá.

TENIENDO UN BOMBA DEMOGRÁFICA A PUNTO DE ESTALLAR (ÍNFIMA NATALIDAD) Y LAS ESTADÍSTICAS MÁS TOLERANTES DE EUROPA CON INMIGRANTES Y REFUGIADOS, ESPAÑA SERÁ POSTNACIONAL Y MESTIZA O NO SERÁ

Con el 15M, , tejiendo redes de barrios despiertos y mareas, de imaginarios en red y resistencias, España aprendió a ser «el movimiento» que añora Žižek para Bosnia. Ahora, para salir del bucle de las naciones incompletas, tiene que aprender a ser (nueva) mestiza, transmoderna. Teniendo un bomba demográfica a punto de estallar (ínfima natalidad) y las estadísticas más tolerantes de Europa con inmigrantes y refugiados, España será postnacional y mestiza o no será. La Trans-España debería asumirse como sur, como mezcla: celtíbera y fenicia, bizantina y mudéjar, norafricana y vikinga, europea y mozárabe, sefardí e iberoamericana. La Trans-España tiene que esforzarse en ser una copia mejorarada de la norteña Canadá: una postnación sureña y abierta, transfronteriza y feminista, republicana y orgullosamente mestiza.

¿Reformar España de abajo arriba?

Artículo publicado el 13/10/2017 en eldiario.es 

Los de abajo. La ciudadanía. Proceso constituyente. La crisis catalana ha resucitado algunos de los mantras que resonaban en las plazas en 2011. Desde que el grito “parlem” rezumba en las redes sociales, llena plazas con personas vestidas de blanco y engalana balcones con banderas blancas, la sociedad civil parece haber vuelto a la arena política. Tras un impase de absoluto dominio de la política representativa, se abre un nuevo escenario. El choque de trenes de la clase política española y catalana recibe un tirón de orejas desde abajo. Cristina Flesher, socióloga de la universidad californiana de Berkeley, en su detallado artículo  España: Hablemos?, parlem?, elogia a la ciudadanía española. Resalta su capacidad de auto organización y de acción colectiva. “Algo muy notable está pasando en España, la organización de ciudadanos de base de todo el país que deciden movilizarse para que las partes en litigio sepan que «España es un país mejor que los que lo gobiernan». (…) El auge de esta movilización ciudadana de base no sólo recuerda la campaña para las elecciones municipales en las que el Movimiento de Liberación Gráfica de Barcelona y Madrid desempeñó un papel crucial, sino también a las protestas del 15M en 2011, cuyo lema era «¡Democracia Real Ya!”.

La irrupción del grito “parlem” en toda España, desplaza algo el tablero de juego de la macropolítica. El Gobierno español y el Govern catalán no esperaban una nueva línea de fuga cocinada desde la ciudadanía. Nada hacía prever un meteorito desdibujando el binarismo tejido alrededor de la cuestión catalana. Sin embargo, la  República catalana de 8 segundos  o el debate en el Congreso español acapararon todas las atenciones. La política representiva que cuestionó el 15M en 2011 está en el centro de los focos. Sigue siendo protagonista. Resiste. La reforma constitucional pactada por el PSOE y el PP nace desde arriba. Y parece un recado claro que enfría los deseos de abrir el candado del régimen del 78 de los de abajo. ¿Fin de ciclo o repliegue de régimen? Difícil saberlo. Las piezas seguirán moviéndose durante las próximas semanas.

Democracia Real Ya Madrid acaba de lanzar su iniciativa  Por un nuevo proceso constituyente desde abajo, defendiendo el derecho a decidir e invitando a Cataluña a sumarse. El todavía incipiente magma de iniciativas “parlem” camina en esa dirección. Pero, ¿la irrupción de la ciudadanía y el grito poliédrico “parlem” abren la posibilidad de diálogo en el conflicto? ¿Servirá de algo el poder de las redes de base en España, que según Cristina Flesher, son capaces de movilizar a la gente a corto plazo ante crisis políticas concretas? ¿Nace una oportunidad de construir una nueva Constitución que, además de encajar a Cataluña en el Estado español, sea votada por la mayoría de la población? ¿Será apenas la clase política la encargada de reformar la Constitución o se contará con la participación de la ciudadanía?

Parlem, redes asimétricas

Parlem
Estudio de redes elaborado por el núcleo de visualización de datos Enredados1O

El estudio de redes #ParlemHablemos: evolución de la campaña, que forma parte del proyecto Enredados10 surgido a causa del referéndum catalán, revela una situación radicalmente nueva. La topología de la nueva red no se parece a las habituales de la política representativa, donde los líderes políticos y los partidos protagonizan la conversación. Tampoco se asemeja a las redes nacidas durante el 15M, donde las identidades colectivas marcaban el ritmo y la topología era bastante descentralizada.

El estudio de redes  #ParlemHablemos: evolución de la campaña, que forma parte del proyecto  Enredados10 surgido a causa del referéndum catalán, revela una situación radicalmente diferente. La topología de la nueva red no se parece a las habituales de la política representativa, donde los líderes políticos y los partidos protagonizan la conversación. Tampoco se asemeja a las redes nacidas durante el 15M, donde las identidades colectivas marcaban el ritmo y la topología era bastante descentralizada.

La red que se está configurando alrededor de quienes piden diálogo en el conflicto catalán está en un punto medio. Su topología es asimétrica: ni tan horizontalmente quincemayista ni tan centralizada como las conversaciones de la política representativa. La propia cronología del mensaje “parlem” y de su red de conversación / acción revela muchas pistas de la situación política actual.

El estudio de  Enredados1O, centrado en la red social Twitter, recoge que hasta el día 2 de octubre el núcleo central estaba liderado por las agencias de marketing @Srarushmore y @SCPFoficial y la cuenta personal @maydeuO. Una bandera blanca con la palabra «Parlem?» en un balcón de Madrid inició una conversación tímida. Pero abrió un imaginario poderoso. A partir del día 3, empujados por la cuenta @EsquerraFederal, se suman muchos actores del ecosistema socialista de Cataluña. Y entonces ocurre lo inesperado: irrumpen dos nodos nuevos, desconocidos, que dinamitan la campaña y viralizan el mensaje. Por un lado, @Hablamos7O (convocante de las manifestaciones en blanco en frente de los ayuntamientos) y @hablemosparlem (el colectivo Parlem, hablemos lanza ingente creación gráfica alrededor del diálogo). Viniendo de lados diferentes, sus mensajes construyen un espacio neutro y común que atrae transversalmente a diferentes actores. “España es mejor que sus gobernantes” (@Hablamos7O) y “Nos quieren enfrentados, pero nuestra mayor rebeldía será hablar y entendernos” (@hablemosparlem) se enredan en un nuevo mantra. Y tras su impacto en medios de comunicación de masas, construyen un nuevo punto de partida, una posibilidad de futuro agregador e inclusivo. Se sumaron millones de personas en cuestión de días. ¿Cómo continuaron el desarrollo de la campaña y las movilizaciones?

En primer lugar, algunos nodos reconocidos del 15M – Democracia Real Ya, Yayoflautas, Take The Square, Stop Mordazas…  – divulgan las convocatorias. En segundo, se adhieren movimientos sociales de corte más clásico, como Ecologistas en Acción o la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (Fravm). A continuación, algunas personalidades públicas elogiaron al incipiente movimiento ciudadano que conversaba en el hashtag  #parlem, como el actor Juan Diego Botto. En último lugar, algunos políticos entraron desde sus cuentas personales elogiando este nuevo magma ciudadano que pide diálogo. Ada Colau, Alberto Garzón, Pablo Iglesias, Irene Montero, Iñigo Errejón, Juan López de Uralde y, más tardíamente, Pedro Sánchez, destacaron la petición de diálogo por parte de la ciudadanía. Desde Catalunya, Antonio Baños y las cuentas de las CUP criticaban la iniciativa #parlem, respondiendo con imágenes de la represión policial de la jornada del referéndum. ¿Qué se puede deducir del estudio de redes del nacimiento y desarrollo de un sujeto político ciudadano nuevo en el conflicto catalán?

Una España in-between

La España de 2017 es una España intermedia. Una España que no es ni una cosa (15M) ni la otra (una política representativa donde existe una “nueva política”). Por un lado, algunos detalles del estudio resaltan que #parlem tiene algunas de las características de las redes de indignación y de esperanza descritas por Manuel Castells después del 15M. Identidades colectivas, blandas, viralizadas con auto organización ciudadana, de corte destituyente (impugnación del status quo). Que la cuenta @MarolaPereda, con pocos seguidores, tenga un papel tan central en la construcción de la red #parlem y en el diálogo de actores diferentes confirma que en este nuevo movimiento hay algo de ADN quincemayista. Que colectivos no conocidos, como @hablamos7O y @hablemosparlem, consigan abrir una brecha en la polarización política española en tan poco tiempo, también remite a tiempos pretéritos: al 15M y al desborde ciudadano de las campañas electorales municipales de 2015.

Sin embargo, la topología de la red #parlem está muy lejos de poder considerarse “distribuida”. Tiene pocas semejanzas con las redes del 15M monitorizadas por el grupo  DatAnalysis15m, mucho más abiertas y descentralizadas. El hecho de que @hablamos7O esté canalizando su portavocía en Guillermo Fernández, demuestra que las lógicas personalistas también están presentes en la España in-between. Y la presencia de líderes políticos, aunque sea desde sus perfiles personales, prueba que hay un vaso comunicante directo con la política representativa que era inexistente en 2011. Que los partidos políticos favorables al diálogo no hayan entrado con las cuentas oficiales al maremágnum #parlem indica que han entendido algo: cierto hastío de la política representativa por parte de la ciudadanía. Cierta decepción, incluso de la denominada nueva política.

La España in between es todavía un misterio. Las piezas se están moviendo por abajo. Y por arriba existe un repliegue articulado para que el régimen del 78 no se derrumbe de un día para el otro. Por arriba, tanto en Catalunya como en España, reina el miedo. Los representantes de Òmnium Cultural y la Asamblea Nacional Catalana (ANC) llegaron a la plaça Catalunya la noche del 20 de septiembre y pronunciaron un estratégico  «cada jornada, una Diada, pero dormimos en casa». Tienen terror a perder el control, a que un movimiento popular desborde completamente el procés. Y de alguna manera, eso ya está ocurriendo. Los Comités de Defensa del Referéndum, que protegían los colegios electorales en barrios y pueblos, no tenían un cariz ideológico exclusivamente independentista. La huelga general de Cataluña del pasado día 3, tuvo un sabor popular e incluso libertario. Desde California, Cristina Flesher encuentra puntos en común entre la explosión #parlem del Estado español y el proceso de auto organización del referéndum: “Apoyaron ese referéndum muchos activistas que no necesariamente toman partido en la cuestión catalana, pero que, como  Xnet, defienden activamente los derechos democráticos y luchan contra el control estatal de Internet con fines políticos”.

¿15M II?

La gran incógnita de esta España in-between es saber si va a existir un movimiento ciudadano lo suficientemente fuerte como para alterar el ritmo de la política representativa. ¿Existe la posibilidad de que resurjan los nodos del 15M y provoquen una sacudida político-social de la profundidad del 2011? ¿Tendrán capacidad de reconectarse, pero para funcionar de otra forma, con el conflicto catalán de fondo? ¿El conflicto catalán afecta exclusivamente a Cataluña o a todo el Estado español ? ¿Existe una oportunidad de que el conflicto catalán abra un verdadero proceso constituyente en todo el Estado?

La respuesta pasa, en primer lugar, por Catalunya. Sin la apertura de un diálogo (con o sin mediadores internacionales) y sin un referéndum pactado la tensión política y social va a continuar en Cataluña. Y posiblemente, se extienda al resto del Estado, empezando por el País Vasco y la Comunidad Valenciana. Una tensión que también viene de la mano del fortalecimiento de grupos de extrema derecha. Desde Cataluña, Emili Cortavitarte Carral resume en el artículo  ¡Queremos decidirlo todo! el espíritu de una revuelta catalana que va más allá del sí o el no a la independencia: “Pretendemos que muchos de los objetivos expresados en el comunicado  Triem lluitar (que desbordó la huelga general light que buscaban ANC y Òmnium Cultural del 3 de octubre) formen parte del debate sobre la autodeterminación y la soberanía popular, ¡porque queremos decidirlo todo!”. Este cariz popular y ciudadanista asusta en partes iguales a JuntsPelSí y al mundo convergente y a las élites españolas.

En el resto del Estado, la apertura de los candados del 78 va a depender mucho de la presión de la sociedad civil y de la consolidación del movimiento cívico Parlem. Los nodos más reconocibles del 15M están teniendo muchas dificultades tanto para sumarse al grito del diálogo como para convocar una gran movilización adaptada al nuevo clima. Las frescura del 15M inicial, que no tenía identidades previas ni líderes reconocidos, se ha perdido. La Ley Mordaza anula en parte aquel “no tenemos miedo” de las plazas. La nostalgia de las plazas es insuficiente para activar otro proceso masivo similar. Las métodos 2011, empezando por las acampadas, parecen poco apropiados para la España in between. Si el formato acampada cuaja, será porque usan nuevos códigos, como la acampada  Agur78 de Vitoria del pasado jueves en solidaridad con «el pueblo catalán».

Si el ecosistema 15M, de alguna manera, consigue alimentar la emoción del nuevo sujeto político Parlem, podría producirse algo insospechado. Existe un riesgo claro en la eclosión cívica del Parlem: la cooptación del movimiento por parte de partidos políticos. Y existe una paradójica oportunidad en ese mismo punto: conseguir marcar el ritmo en el proceso de reformas. Porque el espíritu de Parlem está en sintonía con la  Declaración de Zaragoza, en la que el ecosistema de las ciudades del cambio, Unidos Podemos y partidos nacionalistas demandan diálogo y reformas profundas. De este bloque político puede surgir una propuesta de reforma de la constitución, más profunda y urgente que la que insinúan el PP y el PSOE. En los próximas semanas podría ocurrir una votación en el Congreso para modificar artículos de la constitución, pues apenas hacen falta 70 diputados para ello.

Este nuevo y asimétrico bloque político se ve reforzado tanto por el clamor ciudadano que pide diálogo como por las voces internacionales que critican el inmovilismo de Mariano Rajoy. Cierto: los nodos del 15M están, en su mayor parte, en letargo. Y el clima 2011 y el de 2017 son radicalmente diferentes. Pero todavía existe una posibilidad de abrir los candados del régimen del 78: vincular la “democracia real” (uno de los grandes imaginarios del 15M) y el “derecho a decidir” (epicentro de la crisis catalana). Las calles y las redes pueden forzar un debate que mueva las fichas macro políticas, empezando por el bloque de la Declaración de Zaragoza. El deseo de una democracia real puede alimentar las calles y redes de Parlem. Y puede desborda a los nodos iniciales.  La iniciativa Parlem.net, nacida en Cataluña y diferenciada de los otros dos nodos, insinúa que el imaginario de Parlem ha cuajado. Existen todavía posibilidades de reformar la constitución española en profundidad.

El último manifiesto de DRY Madrid muestra un posible camino: “Debemos poner el debate sobre la mesa sobre abandonar el marco constitucional y el régimen del 78. Y el liderazgo debe de ser patrimonio de todos y todas. No puede valer un pacto entre los partidos de un régimen ya fracasado (…) Debemos decidir entre todos el modelo territorial, pero también sobre cuestiones como el derecho a la vivienda, educación, sanidad, corrupción, igualdad, empleo, democracia, desarrollo, represión, fiscalidad, personas migrantes, violencia machista y feminismo, auditoría de la deuda, modelo energético, libertades y derechos, minorías, medio ambiente, justicia, pensiones, monarquía sí o no, y tantas y tantas otras causas para las que la Constitución actual ha dejado de servir”.

Carnavalizar la política, desplazar el marco

Un país que no entiende el Carnaval no es un país serio. No es posible que apenas haya dos posiciones frente a la polémica de los titiriteros de la compañía Desde Abajo durante el Carnaval de Madrid: la que lucha por la retirada de los cargos contra los titiriteros y la que defendió su detención por «enaltecimiento del terrorismo». El affair de los titiriteros es una falsa dicotomía. Y una jugada maestra de la caverna político mediática española en su peculiar guerra cultural. Por un lado, identificó a Ahora Madrid y a los defensores de los titiriteros con ETA. Por otro, dividió a sus bases, que criticaron la pusilaniminidad del Ayuntamiento y de la propia Manuela Carmena. Mientras tanto la caverna aplicó la máxima napoleónica de “no interrumpir al enemigo mientras se equivoca”. La presión popular consiguió ganar el primer asalto de la “batalla de los titiriteros”. Pero ganando, se perdió algo. La caverna, sin despeinarse, consiguió reforzar la imagen de anti sistema que se proyecta sobre el ecosistema Ahora Madrid. Y es que es imposible ganar una batalla con la simbología, las reglas y un tablero de juego diseñados por el enemigo.

Casi todos los ríos de tinta progres desembocaban en el mismo consenso-océano: defendían la sátira, la libertad de expresión, matizando que La bruja y Don Cristóbal era una obra inapropiada para públicos infantiles. La carta de la libertad de expresión, habitualmente en manos de la derecha, se jugo bien. También hubo un ligero desplazamiento simbólico que ayudó a desinflar la caza de brujas: el debate se ancoró ligeramente hacia las fronteras de la realidad y la ficción. «Criminalizar la ficción es propio solo de las peores dictaduras», escribe el actor Juan Diego Botto. Santiago Alba Rico, que escribió los guiones infantiles de La bola de Cristal en los años ochenta, critica apunta en la misma dirección: «Uno de los rasgos definitorios de las dictaduras es el de la literalidad: el de una práctica punitiva que ignora la diferencia entre realidad y ficción, entre política y arte, para castigar frases aisladas y sin contexto. La tinta progre se olvidó por lo general algo fundamental, «el contexto»: la propia esencia del carnaval.

Un país que no entiende el Carnaval no es un país serio. El Carnaval no es ficción. Es realidad-ficción. Es un engranaje antropológico que desplaza el marco, dibuja nuevas reglas de juego temporales, descoloca los roles. El filósofo ruso Mijail Bajtin, responsable del concepto «carnavalización», disecciona el espíritu del carnaval en su monumental La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento: «El mundo infinito de las formas y manifestaciones de la risa (del carnaval) se oponía a la cultura oficial, al tono serio, religioso y feudal de la época». Carnavais, Malandros e Heróis, la espléndida «Biblia» de Roberto da Mata sobre el Carnaval de los Carnavales, el brasileño, describe al detalle los «rituales colectivos de inversión del orden social». El malandro, deshaciendo las jerarquía, se transforma en héroe. La sátira y la transgresión reinventan temporalmente la gramática social.

Si hay que articular una crítica constructiva contra Ahora Madrid, la dirección podría ser otra: su principal error es haber aceptado el «marco» fabricado por la caverna y las reglas rígidas de los carnavales neoliberales y descafeinados del Partido Popular (PP). Su defecto es no haber recuperado el marco transgresor del carnaval, su irreverente ADN popular. El error, en el Carnaval y en la legislatura, es no ser audaces, osados, imaginativos. El error es no atreverse a construir un emocionante mundo invertido. El error es no marcar el ritmo, no escoger el tono y no definir el nuevo marco.

La batalla equivocada

Programar una obra de títeres de «política clásica» durante el Carnaval es un error de principiantes. Otra batalla equivocada. El Carnaval transforma símbolos y altera jerarquías de otra forma. El Carnaval, desplazando el marco, usa municiones inéditas en las batallas políticas del día a día. Cuando el Carnaval entra en la vida, introduce el cambio: aporta discontinuidad y acelera el tiempo. Como apunta el comisario de arte Lars Bang Larsen, «dibuja círculos sobre el agua». Las pistolas no disparan balas, sino flores.

Brasil, el incuestionable país del Carnaval, vivió hace dos año el Carnaval más político de las últimas décadas. Las masivas revueltas de junio 2013 desembocaron en el carnaval de 2014 con un maremoto de causas vivas. Los tradicionales blocos de rua se transformaron en altavoces de las múltiples indignaciones. Los participantes en el bloco Empatando tua Vista de Recife se disfrazaron de edificios para bailar críticamente contra la gentrificación. En Río de Janeiro, el bloco Comuna que Pariu, jugando con las palabras «Comuna de París», lanzaba dardos contra la FIFA y Gobiernos varios. A diferencia del poco tradicional Carnaval de Madrid, en Brasil es la ciudadanía quien compone su propia narrativa, ocupa el espacio público y se auto organiza en sátiras compartidas. Los diferentes gobiernos se limitan a garantizar el espacio común para los blocos, desfiles, escolas de samba… En lugar de planear títeres políticos o de escribir guiones cerrados, la osadía habría sido diseñar espacios comunes y abiertos para que los propios ciudadanos ensamblaran sus sátiras, sus irreverencias, sus inversiones de jeraquías. No hace falta irse a Brasil. Cádiz es una inspiración cercana: en 2012, la comparsa Ciudadano Zero irrumpió en el carnaval de Cádiz con una letra subversiva que no dejaba títere, banco, político o Casa Real con cabeza.

La creación de un mundo

bambolé

Ahora Madrid, si realmente quería construir «otro tipo de carnaval», debería haberse atrevido a crear un mundo. No hacía falta escribir el contenido del Carnaval. Bastaba con marcar el tono, propiciar un «clima» y garantizar el espacio común para una participación desde abajo. En el Carnaval de Madrid podría haber habido blocos alegres contra la gentrificación, comparsas contra los pelotazos urbanísticos, bailes de máscaras contra la contaminación o simpáticas chirigotas contra la corrupción. Pero para ello, el Ayuntamiento tenía que haber cambiado el marco, disponibilizado espacios apropiables y sugerido sutilmente un relato de época. En el Carnaval – y en la vida – hay que atreverse a navegar hacia otro imaginario de ciudad. En lugar de ello, el Ayuntamiento hace caso a su peor consejero: el miedo. Ante la falsa dicotomía de la caverna y el miedo de los nuevos gestores políticos, nada como reivindicar la esencia centenaria del Carnaval. Si el sistema banaliza el Carnaval, no queda otra que carnavalizar la política, como pide el Manifiesto Carnavalista, lanzado en São Paulo en 2014: «El CARNAVAL reivindica la ocupación del espacio público como forma de manifestación cultural, pero sobre todo es el momento en el que la ciudad es de las personas». Carnavalizar la política, pero no como sinónimo exclusivo de «diversión» o «celebración», que también.

Carnavalizar la política para gestionar hábilmente los desplazamientos simbólicos, para disputar los sentidos de la realidad, para alterar los ritmos. Carnavalizar la política para invertir el mundo, para desconcertar al enemigo mientras está boca abajo. Carnavalizar para construir celadas, callejones sin salida. Carnavalizar la política, como lo hicieron los Yippies (Youth International Party) cuando convocaron una fiesta en Times Squares de Nueva York para celebrar el fin de la guerra de Vietnam. La guerra no había acabado todavía, pero la alegría de la fiesta yippie forzó a la opinión pública hacia la paz. Carnavalizar la política, desactivando el miedo, como lo hizo el batallón de bailadores de hulahop en el momento de máxima represión de la Policía Militar en Río de Janeiro durante las revueltas de junio de 2013. Carnavalizar como lo hizo la Internacional Errorista argentina, una feroz sátira contra la etiqueta «terrorismo internacional» post 11 de septiembre.

Para ganar la guerra cultural hay que escoger bien las batallas que merece la pena librar. No tiene sentido luchar en todas las batallas. No solo eso: hay escoger algunas batallas en las que perdiendo, se gane. Encontrar batallas similares al win win de los titiriteros cocinado por la caverna. Batallas que se puedan perder, para que el enemigo gane, pero retratándose como un amante de la especulación inmobiliaria, de los banqueros, de las puertas giratorias o de los desahucios. Batallas en las que la España del cambio baile sobre el caos, juegue sobre las ruinas de una época y disfrute mientras el enemigo se equivoca.

 

PODEMOS como esperanza global

 

Pubicado originalmente en Open Democracy el 05/01/2016

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El tuit de Edward Snowden felicitando a España llegó el 20 de diciembre, a las 21.40 horas, cuando los resultados electorales, que le otorgaron el 18% de los diputados del Congreso) eran casi definitivos. El tuit de Snowden, un auténtico rock star del nuevo milenio, enlazaba una información de The Guardian que destacaba la irrupción de PODEMOS y el fin del bipartidismo en España.

Snowden no fue el único. Ni el primero. Desde que PODEMOS diera la sorpresa en las elecciones europeas de mayo de 2014, los elogios y declaraciones de apoyo llegan de todo el mundo. No solo eso: en algunos países de Europa y América están intentando replicar la experiencia de PODEMOS de las más diversas formas. Mientras la conservadora caverna mediática española fustiga a la formación política de Pablo Iglesias, la fascinación por PODEMOS crece por todo el mundo.

Pepe Mujica, el admirado ex presidente de Uruguay, afirmó hace meses que PODEMOS es “un grito de alerta en el mundo contemporáneo”. Eduardo Galeano llegó a identificar a PODEMOS con el empoderamiento: “PODEMOS, sois los enemigos de la impotencia”. Luiz Inácio Lula da Silva, ex presidente de Brasil, llegó a desear buenos resultados a la formación de Pablo Iglesias para las elecciones del pasado 20 de diciembre, evitando hacer lo mismo con su tradicional aliado, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Desde Europa, también llueven declaraciones de amor. El cineasta Ken Loach asegura que PODEMOS “debe ser estandarte de la izquierda europea”. Y el mismísimo Julian Assange, fundador de Wikileaks e icono de la nueva era, afirma que Podemos es el “primer partido del siglo XXI”.

PODEMOS representa una alternativa innovadora y potente al agotamiento de las fórmulas socialdemócratas clásicas y a la incapacidad de la izquierda post-comunista para acceder al poder. Pero la fascinación por las novedades políticas españolas, que surgieron tras el estallido del movimiento del 15M, va más allá de PODEMOS. El fenómeno de las confluencias municipalistas que conquistaron algunas de las principales ciudades españolas en las pasadas elecciones municipales, frentes ciudadanos en los que PODEMOS participa, también ha tenido repercusión global. Las alcaldesas Ada Colau (Barcelona) y Manuela Carmena (Madrid) son celebradas como auténticas heroínas del cambio. Y diferentes ciudades del mundo están estudiando el método, la tecnología y la narrativa del municipalismo español.

Sin embargo, a pesar del espectacular resultado de las elecciones generales – PODEMOS es la tercera fuerza política y el partido más votado a través de candidaturas ad-hoc en Cataluña y el País Vasco – el sistema político y mediático español intenta deslegitimar todo lo que esté relacionado con PODEMOS, incluidos los gobiernos municipales de las alcaldesas de Madrid y Barcelona. ¿Qué es exactamente lo que asusta al establisment español? ¿Por qué la izquierda española, en especial Izquierda Unida, desprecia el auge del partido de Pablo Iglesias? ¿Por qué lo que está alrededor de PODEMOS inspira a la ciudadanía, intelectualidad, políticos y movimientos de izquierda en el resto del mundo?

Una nueva izquierda para Europa

La percepción que se tiene de PODEMOS en Europa y América Latina, las regiones del mundo donde más se habla del nuevo partido, es sustancialmente diferente. Europa siente fascinación por la energía, optimismo y popularidad de PODEMOS. Y considera que su entramado participativo de redes y calles es un chute de inspiración para el nacimiento de una nueva izquierda continental que cambie el rumbo neoliberal de la Unión Europea.

El politólogo británico Owen Jones, posiblemente el mayor defensor de la formación de Pablo Iglesias, en su artículo What I learned from Podemos, hace un minucioso repaso de lo que Europa puede aprender del nuevo partido español. Tras destacar la importancia del ecosistema social español, el 15M y algunos movimientos como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Owen aborda el asunto que considera más importante de PODEMOS: que ha abandonado los métodos y simbología de la vieja izquierda. “El color de PODEMOS es morado, no rojo. Palabras como socialismo son difíciles de encontrar en los discursos de sus líderes. PODEMOS rechaza incluso la terminología de “izquierda versus derecha”, optando en su lugar por “personas versus élites”. Owen Jones destaca a su vez el “entusiasmo” y el “brillante optimismo” de PODEMOS.

La mayoría de las voces europeas, además de considerar a PODEMOS una fuerza de renovación para las izquierdas, también destacan su potencial democratizador. Thomas Piketty, profesor de la Escuela de Economía de París, destaca que “PODEMOS es una esperanza para la democratización de la Zona Euro”. El británico Paul Mason, autor del libro, Post Capitalismo, publicó recientemente un artículo en el que considera a las ciudades españolas gobernadas por confluencias, especialmente el Madrid de Manuela Carmena, la gran esperanza para construir un nuevo modelo de ciudad basado en la inteligencia colectiva y la colaboración ciudadana. Renaud Lambert, redactor jefe de Le Monde Diplomatique, escribió un artículo a inicios de 2015 en el que consideraba que PODEMOS es “el partido que cambia España”, pues está “traduciendo el discurso tradicional de la izquierda a través de ejes discursivos capaces de conseguir una mayor adhesión: democracia, soberanía y derechos sociales”. El semanario izquierdista alemán Der Freitag, dedicó la portada del número de abril a PODEMOS. La frase “Por qué el movimiento Podemos puede cambiar Europa” presidía la primera página del semanal.

Por otro lado, los medios europeos suelen asociar PODEMOS a la coalición griega Syriza y a las políticas anti-austeridad reclamadas desde el sur de Europa. Pero en los últimos tiempos, incluso articulistas del Financial Times como Wolfgang Münchau se han puesto de lado de las recetas económicas de la formación morada sobre la necesaria reestructuración de la deuda. En general, las izquierdas y la intelectualidad europeas consideran a PODEMOS como la mejor receta para acabar con el “extremo centro” del que habla Tariq Ali, una metáfora usada para describir partidos laboristas o socialistas entregados al neoliberalismo, a la austeridad y a la “nave nodriza” de la Unión Europea.

Las Américas

En febrero de 2015, Pablo Iglesias realizó una gira estratégica por Estados Unidos. En ella, se reunió con los economistas Joseph Stiglitz (Premio Nobel de Economía en 2001) y Mark Weisbrot, cofundador del influyente Center for Economic and Policy Research (CEPR). Weisbrot se deshizo en elogios hacia Pablo Iglesias. Paralelamente, el líder de PODEMOS dialogó con los movimientos sociales y algunos intelectuales clave de la izquierda estadounidense. Especialmente relevante fue el paso de Iglesias por el programa Democracy Now, conducido por Amy Goodman, un emblema de las izquierdas estadounidenses. La charla de Iglesias y Goodman en la Universidad de Nueva York, convocada por el prestigioso Left Forum, tuvo una espectacular acogida. Y algunos pensadores críticos muy influyentes, como Noam Chomsky, han destacado reiteradamente la importancia del nuevo partido español: “Podemos es un partido que se levanta contra el asalto neoliberal que está estrangulando y destrozando a los países periféricos de Europa”. Por su parte, la americano-francesa Susan George afirma que PODEMOS “tiene la postura correcta en cuanto a cambio climático y al TTIP (el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea que se está negociando en la actualidad).

América Latina tiene una relación especial con PODEMOS. El hecho de que PODEMOS incorpore algunas teorías políticas del argentino Ernesto Laclau, como la “hegemonía” o la “construcción de un pueblo”, despierta recelos en una región en la que el relato del bloque progresista está en  decadencia. Sin embargo, buena parte de la izquierda y de los movimientos latinoamericanos siente que la fuerza de PODEMOS puede representar un huracán de renovación, sobre todo en lo que concierne a la construcción de narrativa nueva.

En México, Andrés López Obrador ha fundado un nuevo partido, el Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), que se auto proclama el “Podemos mexicano” y busca la forma de partido-movimiento. En Brasil, donde la efervescencia social española a partir del 15M ha tenido una amplia repercusión, PODEMOS despierta pasiones. A finales de 2014, algunos destacados disidentes de la Rede Sustentabilidade lanzaron el partido Raíz Movimento Cidadanista, aclamado por los medios como “el Podemos brasileño”. Los Circulos de Cidadania de Rio de Janeiro también fueron activados a imagen y semejanza de los círculos de Podemos, para reinventar la participación política y el story telling de lo popular. El interés en Brasil es tan grande, que este año se publicó incluso el libro Podemos e Syriza: experimentações políticas e democracia no século 21 (Anna Blume). El último tercio del libro está dedicado exclusivamente a las confluencias municipalistas que gobiernan algunas de las principales ciudades españolas, como Madrid y Barcelona.

Y ahí tenemos una clave: la irrupción de PODEMOS ha generado una influencia e inspiración asimétrica, simbólica y orgánica que va más allá del propio partido. En Brasil, “Ahora Madrid” o “Barcelona en Comú” han sido tanto o más influyentes que el propio PODEMOS. En Belo Horizonte, una de las ciudades más importantes de Brasil, se está trabajando incluso una confluencia llamada Muitxos: Cidade que Queremos, a imagen y semejanza del municipalismo español. En México, la irrupción del movimiento Wikipolítica, que ha conseguido el primer diputado independiente de México, Pedro Kumamoto, tiene claras resonancias provenientes de la eclosión municipalista española.

Mientras la caverna mediática de España, su vieja izquierda (Izquierda Unida) o su extremo centro (PSOE) critican el fenómeno PODEMOS, existe un eco planetario que bebe de su energía, de sus prácticas y de una narrativa que supera la simbología revolucionaria clásica. A pesar de las cuestiones que ha suscitado la democracia interna de PODEMOS, y que constituyen la principal crítica al partido formulada por los movimientos sociales españoles, podríamos afirmar que el movimiento morado es un parte-aguas en la política global.

El filósofo portugués Boaventura de Sousa Santos habla de la Ola Podemos. En un artículo publicado en marzo de 2015, Boaventura recalcaba que PODEMOS no es un fenómeno del sur de Europa o de América Latina. Citando al Aam Aadmi Party indio (Partido del Hombre Común), Boaventura vaticina que la ola Podemos “puede emerger bajo otras características en otro continente o contexto”. De hecho, la irrupción de PODEMOS en las pasadas elecciones españolas ha sido celebrada por algunos partidos emergentes de todo el mundo. El Partido Democrático de los Pueblos (HPD), surgido tras las revueltas del Gezi Park de Estambul, conmemoró en Twitter el fin del bipartidismo español, por ejemplo.

La ola PODEMOS, más allá de lo que acabe ocurriendo en España, continuará. La ola PODEMOS puede expandirse, mejorando incluso el método participativo implantado por la formación morada. Y es, en definitiva, una bocanada de aire fresco para las izquierdas de todo el mundo. La ola PODEMOS – según Boaventura de Sousa –  “es una metáfora para encontrar una solución política progresista para el atolladero en el que nos encontramos, una solución que no implica ninguna descomposición política abrupta”.

Ráfagas sobre confluencias

Publiqué en varios medios e idiomas el texto Bienvenidos a la era de los post-partidos, sobre el fenómeno de las confluencias de las elecciones municipales de España. Para el reportaje, entrevisté a algunas personas. Voy a colocar en este post las respuestas en bruto de los que me respondieron vía correo electrónico, dado el interés de las mismas y el escaso espacio del que disponía en el reportaje para incluir citas. El bruto en muchas ocasiones es más relevante que las citas y el reportaje en sí.

Nacho Padilla, uno de los fundadores de la plataforma #MadridconManuela.

«Es un relato que se conforma por todas las maneras en las  que no hubiera podido ser contado: No existía otro candidato que lo soportara, no había tiempo, no existía otra agrupación política que pudiera entender procesos horizontales llevados a sus máximas consecuencias, no hubiera sido aceptado otro emisor que la propia ciudadanía, no podría haber sido gestionado por una estructura al uso ni impulsado por motivaciones que no fueran intrínsecas«.

Emmanuel Rodríguez, mienbro de la colaborador de  y

«La apuesta municipalista se concibe ya en Otoño de 2013, y como intento explícito de sortear el estancamiento del 15M. Las elecciones generales parecían inasequibles y además luego salieron dos proyectos de éxito desigual (Podemos y el PX). En términos de lo que entonces se llamó el techo de cristal del 15M, las elecciones municipales resultaban más asumibles por las tramas de movimiento activas entonces: podían ser abordadas sin aparatos centralizados de partido y las tareas que requerían tenían una cierta continuidad con las dinámicas previas de colaboración y movimiento de acuerdo con las convenciones democráticas y metodológicas del 15M».

«Existe ya un debate dentro de Podemos que manifiesta los límites internos de la hipótesis inicial. Hay signos y guiños a otras formaciones y/o notables de otras formaciones (como Garzón) para formar una nueva coalición que lleve a Podemos más allá de los techos electorales previstos. Lo crucial aquí es considerar las oportunidades de este proceso ya en marcha. Si este se realiza sobre claves ajenas a lo que enseño el 15M y que van más allá de la lógica gobernista y los acuerdos de notables y partidos, la confluencia lo será sólo de apartatos y personalidades. Cabe suponer que el movimiento sísimico que ahora se debería promover tendría que ser algo parecido a lo que fue el 15M y algo parecido a convertir las elecciones de noviembre en una convocatoria a una asamblea constituyente».

Rubén Caravaca, vinculado a la asamblea Austria del 15M, después a Ganemos Cultura y a Ahora Madrid cultura.

«Hoy estamos desbordados en Ahora Madrid Cultura con una posible asamblea ciudadana donde más de tres mil personas han dicho que quieren venir. Estamos con la posibilidad de crear un movimiento / herramienta cultural imprescindible, una oportunidad única con un barniz ideológico único que se refleja en el decálogo cultural que iba en el programa cultural. La cultura va a ser el movimiento que desborde a la institución, por eso Ahora Madrid Cultura surge como parte de Ahora Madrid pero no tiene en la institución, ayuntamiento, su referencia si no en la calle.

Es poner en marcha lo que siempre hemos defendido, la institución es una herramienta más para conseguir los objetivos, pero eso una herramienta, importante pero no la única. Hay personas que lo entienden y otras que no. Algo invisible para la mayoría pero que se ha visto reflejado en la última semana electoral. De los actos más importantes el Mitin Poético que no reflejaron ni los responsables de comunicación de Ahora Madrid, ni comentaristas, ni opinadores, con la Plaza de Tirso de Molina abarrotada escuchando poemas.

Treinta poetas recitando en un acto electoral sin discursos electorales pero con contenidos muy políticos. A la cabeza un candidato que además es poeta, Jorge Riechmann. Nunca ha habido una marea cultural, por qué todas las mareas son culturales ¿quién reflexiona sobre eso? nadie. Todo siempre lleno de tópicos y mirando la superficie, las formas y no el fondo.

Tanto a la hora de actuar como de informar y opinar nos quedamos en los mismo, en lo obvio, lo evidente, lo fácil, lo cómodo.El mitin poético junto a las caricaturas son los mejores ejemplos del desborde que se está produciendo, es lo importante y en eso no vamos a parar. No queremos que la vieja política engulla los movimientos. Tenemos claro que lo importante son los procesos y no los resultados, sabiendo que esos procesos traerán los mejores resultados.

Somos quincemayistas y no vamos a cambiar. Pero además tenemos ideologías claras, diversas pero claras y además no tenemos miedo. Lo importante del 15M es un movimiento de movimientos y eso no se puede olvidar. Olvidarse es perder. Podemos fracasar pero no debemos tener sensación de fracaso, esto es un camino muy largo formando parte de procesos culturales que no se pueden obviar».

Raúl Sánchez Cedillo, de la Fundación de los Comunes

«¿Hasta qué punto el 15M y su política de lo cercano fueron claves en las confluencias?

Más que del «15M», habría que hablar de la «criticalidad autoorganizada» abierta por el acontecimiento aumentado 15M. Hablar sin más de 15M, y con mayor motivo para un público no residente en España, contribuye a la confusión entre ese acontecimiento y un supuesto movimiento único, o una siglas o incluso una serie de grupos que corresponderían, por hecho o derecho, a la identidad 15M. En el acontecimiento, como en el país del otro lado del espejo en Alicia: «Now, here, you see, it takes all the running you can do, to keep in the same place». Estar en el mismo lugar quiere decir estar en la situación abierta por el acontecimiento, entendida como situación constituyente, en el que la energía potencial distribuida recae en un estado de cosas profundamente modificado, que es a lo que llamamos proceso constituyente, fin de régimen, etc. Lo extraordinario de la situación, y que es algo corroborado por las «sorpresas» que han deparado estas elecciones, es la persistencia inédita de esa criticalidad autoorganizada del sistema de luchas y agonismos sociales que vivimos desde el 15M, entendiendo la noción de criticalidad en el sentido de la física de sistemas complejos, como una evolución no lineal de un sistema complejo con arreglo a puntos atractores que expresan tensiones éticas, políticas, eróticas, biopolíticas en definitiva. En este sentido, hay que recordar que Podemos no ha sido el único proyecto de asalta institucional, sino el más exitoso hasta la fecha, en clara competencia (esperemos que sana) con procesos como el de Guanyem y Ganemos en Barcelona, Zaragoza, Madrid, y en menor medida en A Corunha, Málaga, etc. Antes estuvo el Partido X, por ejemplo. Pero sí, si por «política de lo cercano» entendemos un arraigo en las luchas de los liderazgos, la radicalidad democrática de los métodos de discusión, organización y deliberación, la política en primera persona, sí, todo esto y sobre todo su capacidad de ser hegemónico en lugares clave como Barcelona, Madrid, Zaragoza, es inexplicable sin la herida política del 15M.

La apuesta municipalista (libro) abrió el camino a los frentes municipalistas. ¿Hasta qué punto los GANEMOS han sido importantes en el proceso?

Bueno, los Ganemos surgen como «ventana de oportunidad política» (término tan caro a los miembros de la Promotora de Podemos y en general a las tribus politológicas tan bien asentadas en los llamados «partidos emergentes») ante la oportunidad de ensayar en las municipales modalidades de asalto institucional distintas de las de Podemos, que en su proceso de constitución (y en su cristalización primera en la Asamblea Constituyente de Vista Alegre en noviembre de 2014) han exigido un precio que para miles de personas participantes y afines a Podemos era demasiado alto en términos de lo que podríamos esquematizar como método del proceso político tras el 15M: cualquiera, pluralismo, empoderamiento por la práctica de la política en primer persona, polifonía, consenso y unidad tácticas y consideradas como un enjambre táctico que presupone una cooperación distribuida. En ciudades como Barcelona o Madrid, el efecto Podemos se ha compuesto desde el principio con una red de redes de iniciativas ciudadanas que ha vivido fases que sin embargo remiten a puntos atractores de bifurcación en ese sistema red creado con el 15M. En estos momentos hay un debate confuso sobre la «unidad popular», que se apoya en la diferencia de votos cosechados por Podemos y por las confluencias municipalistas y en su interpretación. Solo hay un caso que ilustra que este tipo de municipalismo suma más que Podemos, y es el de Ahora Madrid. Una experiencia que sin el trabajo y el tesón de Municipalia primero y luego Ganemos Madrid es inconcebible, puesto que los rasgos de radicalidad democrática que hemos señalado más arriba como «código 15M» habrían quedado marginados en favor de puras relaciones de fuerza entre entidades contadas y enrrocadas.

¿PODEMOS respetó el camino abierto por los movimientos. La fórmula ha funcionado. Es viable una confluencia a nivel nacional?

Lo respetó por dos motivos: su propia discordia interna, entre CQP y las agregaciones minoritarias tras Vista Alegre que favorecieron la confluencia allí donde eran hegemónicas o tan apoyadas como CQP en los consejos municipales y autonómicos, como en los casos de Madrid y Zaragoza. La fórmula ha funcionado solo allí donde ya se había creado un espacio político de confluencia antes de que Podemos entrara o lo promoviera. En el caso de Madrid, CQP estuvo «observando» y condicionando en todo momento el proceso. El feliz resultado no puede ocultar que el comportamiento de CQP en el caso de Madrid ha sido por regla general el de un «hegemón» en el sentido griego de la palabra, es decir, un poder que impone, controla y vigila a otros poderes menores. El ejemplo de Madrid no es generalizable, pero sí que señala que, además del «código 15M» en los procesos de confluencia, es preciso influir en las relaciones de fuerza en el interior de Podemos y, sobre todo, en la autonomía de enunciación y comunicación con la ciudadanía de esas iniciativas. Esto es, en la autonomía para decir lo que está pasando. Recordemos el hito de la crisis de la confluencia en Madrid, donde CQP por boca de Jesús Montero lanzó un órdago en el que se exigía el cumplimiento de las condiciones que les eran favorables o el fin de las conversaciones y la creación de «otro espacio de confluencia sin la centralidad de Ganemos». Ese órdago o amenaza se hizo público inmediatamente y se volvió como un boomerang contra CQP y Montero, que rectificaron en horas, dando paso al acuerdo del que nació Ahora Madrid. Trick for trick, astucia de la radicalidad democrática.

¿El cambio político en las grandes ciudades anticipa un cambio en la macropolítica? ¿Qué cambios culturales, metodológicos y políticos se avecinan con el éxito de las confluencias?

Las consideraciones de estrategia electoral lo favorecen, para todos los actores de la ruptura, no solo para Podemos o para IU, Equo, etc. Más allá de esas consideraciones, hay una especie de entusiasmo, entendido en el sentido originario de inspiración o posesión espiritual del alma ciudadana. Una pasión de cambio que difícilmente será extirpada de aquí a noviembre, y que se alimentará sin duda del espectáculo de descomposición del PP y probablemente del desplome de la House of Cards de Cs. El éxito de las confluencias significaría, justamente, la mutación histórica del sistema red 15M en un sistema red de orden superior, capaz de integrar el sistema político y representativo en sus procesos ago y antagonistas. A eso llamamos ruptura constituyente. Nos haría considerar retrospectivamente el 15M como el anuncio del día x de las elecciones de noviembre. Comprobaríamos que el poder constituyente es la clave de la situación, y que toda autonomía de lo político respecto al poder constituyente de la multitud animada y organizada por y en las confluencias es fútil, innecesaria y a medio plazo un obstáculo para cumplir la promesa del 15M: democracia real ya.

 

David Arenal, implicado em el 15M, Ganemos y Ahora Madrid.

«¿Hasta qué punto el 15M y su política de lo cercano fueron claves en las confluencias? Y los GANEMOS?

Es obvio que el 15M como movimiento, como hecho rupturista y como clima de voluntad de cambio e impugnación indignada de la cultura política del llamado régimen del 78, es un referente de partida clave para el magma que desde entonces ha ido configurando el sedimento sobre el que estas iniciativas de confluencia se han construido este último año. Por supuesto no sólo hay que reseñar lo que pasó en las plazas en aquel mayo, sino que hemos de hablar de los movimientos y actores de contestación y cambio que surgen a partir de ahí, como son las mareas, la PAH, etc. No podemos obviar que aunque felizmente el 15M desdibuja el perfil contestatario protagonista conocido hasta entonces, los procesos de confluencia actuales han estado habitados por mucha gente que ya era parte de los llamados movimientos sociales pre15M. Para analizar estos mimbres de hibridaciones generacionales que cristalizan en una candidatura de unidad popular como es Ahora Madrid, creo que es imprescindible reseñar los antecedentes de Ganemos y su apuesta municipalista: Afines, En red, Movimiento por la democracia, Municipalia, Ganemos… la unión con Podemos en partido instrumental y el proceso de primarias donde confrontan hasta 6 listas hasta llegar a AAMM como tal… son el carril de construcción de una delicada geometría donde diversas siglas, generaciones, culturas políticas y hasta partidos que son la clave de la propuesta llamada municipalista, que cree que se puede gobernar una ciudad con una proyecto de verdadera democracia participativa en clave de cercanía y autogobierno, poniendo en valor y por delante los intereses de la mayoría social ciudadana frente al expolio de las minorías elitistas y restituyendo el valor de lo público frente al predominio de los intereses multinacionales y el neoliberalismo capitalista depredador. Para mí lo más inédito y complejo es precisamente articular gobierno desde una tradición política «movimentista» que desde la calle penetra/asalta/permea la institución con vocación de regenerarla. Con la obligación además de ser solventes en la tarea tremenda de gestionar el Ayuntamiento de la cuarta ciudad de Europa, con las hipotecas de el endeudamiento y los más de veinte años de un gobierno en las antípodas ideológico-políticas. Y con el reto además de tener una pata en la calle/los barrios y el movimiento.

¿El cambio político en las grandes ciudades anticipa un cambio en la macropolítica?

Mi sentido común y mi humilde lectura me dicen que efectivamente lo que se ha jugado en Madrid y Barcelona en las municipales/autonómicas tiene una conexión y un correlato con cambios que vienen para quedarse y, que tendrán una segunda vuelta de influencia en las nacionales de noviembre. No sólo por ser las dos capitales más grandes va a tener un impacto estratégico en la gramática de los grandes cambios que parece van a empapar las claves macropolíticas próximas, sino porque ambas iniciativas son de naturaleza confluyente y están lideradas por dos perfiles de liderazgo femenino relativamente inéditos en un año donde parecía que los agentes de cambio tenían que ser hombres jóvenes, profesores de la universidad y con mucha habilidad para manejar la comunicación política en las redes y la televisión de una determinada manera. Da para muchos artículos también la peculiaridad de Madrid, donde parte del éxito es la idealización casi iconográfica de Manuela Carmena, que como tal además es un ente independiente a Ganemos y Podemos y que ha recogido unas expectativas de ilusión por el cambio tan inesperadas y desbordantes.

¿Qué cambios culturales, polítivos, urbanísticos y metodológicos se avecinan con el éxito de las confluencias?

De entrada el que el programa se haya elaborado de manera participativa (por partida doble: construido por la sociedad civil articulada en torno a los agentes que conforman Ahora Madrid durante un año, pero también con las aportaciones ciudadanas en los procesos de recogida de propuestas) ya es un todo un cambio de manera de hacer en política que le da un valor de cumplimiento intrínseco. Y por supuesto todos los avances que se implementen en materia de democracia participativa, poniendo a la ciudadanía en un lugar de protagonismo activo y corresponsable, ya es de por sí una forma de gobierno y construcción política de lo común, que ha de tener resultados inéditos de alto cariz democrático e igualitario. La propia manera de llegar hasta aquí ya ha hecho quedarse vieja a la manera en que se venía haciendo política hasta ahora: el microfinanciamiento ciudadano de una campaña austera frente a los derroches financiados por el capital privado, la restitución de la malograda fama de la figura de los políticos como servidores públicos del común (con medidas como la obligatoriedad de asumir principios de transparencia y éticos, los techos salariales, los mecanismos revocatorios, la imposibilidad de el enriquecimiento ilícito y vitalicio o puertas giratorias/compatibilidades con sectores estratégicos, etc). E incluso creo que se van a hacer imprescindibles cosas más sutiles y casi emocionales como el tratar al ciudadano como un mayor de edad no dócil, al que no va a ser fácil ya engañar a tiempo completo. Cosas que encendieron la mecha de la plaza hace cuatro años y que hoy, ahora que se ha tomado el guante de quienes denostaban estas experiencias de indignación, invitando ciegos de prepotencia y cinismo a presentarse a unas elecciones, van a abrirse como una bomba de sensibilidad (como dijo Manuela con Ada en el Reina Sofiá), de repercursión y alcance inéditos.

 

Alberto Nanclares, miembro de Basurama, colaborador de Ganemos y del Movimiento de Liberación Gráfica de Madrid.

«¿Hasta qué punto el 15M y su política de lo cercano fueron claves en las confluencias? Y los GANEMOS?

Creo que la idea del municipalismo ha arraigado con éxito porque, si algo hemos aprendido desde y con el 15-M es que podemos y debemos gestionar nuestras vidas: la crisis de representación lleva aparejada la idea de que no hay vanguardia que sepa más que cualquier de nosotros acerda de lo que (nos) pasa. Las plazas evidenciarion el alto nivel de preparación que tenemos para la gestión de situaciones muy complejas, con gran inteligencia, pero también ternura, escucha, y cercanía.
Mucha gente se acercó a los Ganemos como un reto más de esta época tan bonita, interesante y apasionante que todas estamos viviendo, llámese crisis, 15-m, segunda transición o como se quiera. Muchísima gente se va uniendo y participando en muchas cosas que van pasando, como forma real de poner en marcha los sueños que compartió en las plazas: defender su centro de salud, cuidar de un espacio público autogestionado, organizar las fiestas de su barrio o montar una candidatura municipal.
Las confluencias, por todo ello, están formadas por personas: aunque el relato más torpe habla de los partidos que confluyen, estos no han tenido casi presencia orgánica en los trabajos de confluencia: además de que no eran bienvenidos, en general, cada cual trabajaba por la confluencia porque sabía que había mucho que ganar, y dejaba de lado las obligaciones que sus partidos les imponían. Esperemos que los aparatos no se presenten ahora a repartirse el botín, creo que muchos de las independientes y de los anónimos que han trabajado en los grupos de trabajo de contenidos y para confluir no se lo permitirán.
¿El cambio político en las grandes ciudades anticipa un cambio en la macropolítica?
Aunque a mí no me interesa la macropolítica… Creo que estos resultados no anticipan necesariamente un cambio en la macropolítica, si  la macropolítica no se deja permear por esta forma de hacer política que proponen las candidaturas municipalistas: los resultados del 24-M no dicen a qué «gran partido» votarán los votantes de las candidaturas municipalistas. Lo que dicen es que a muchos votantes les gusta esta forma «cercana y abierta» de hacer política. ¿Alguno de los grandes partidos sabrá y querrá hacerla en la macropolítica?
¿Qué cambios culturales, polítivos, urbanísticos y metodológicos se avecinan con el éxito de las confluencias?
Me parece que el gran cambio es que ahora la ciudadanía tiene las decisiones en las manos: resulta bastante difícil creer que las macrooperaciones urbanísticas, o los megacontenedores culturales sean políticas deseables a priori por muchas. Asímismo, creo que es imprescindible que se recuperen las garantías democráticas básicas (no abusos económicos ni policiales, no corrupción generalizada). Espero que el triunfo del municipalismo proponga soluciones justas (en su tamaño, es decir no sobre-dimensionadas), cercanas, consensuadas y consultadas, como pueden ser la rehabilitación en lugar del crecmiento urbano, la economía social en lugar de los contratos integrales con las grandes constructoras, la gestión mixta ciudadana-municipal en lugar del engendro «público-privado», la asunción de formas eficientes e inteligentes como es el software libre, etc. No espero que se hagan grandes cosas, sino más bien muchas cosas pequeñas, más necesarias, que afecten profundamente a muchas personas, más que grandes narraciones que afecten muy poco a todos».

 

 

El método 15M como sistema operativo de la nueva era de partidos

Publica en eldiario.es el 31/05/2014

El espectacular ascenso de Podemos y el tímido resultado del Partido X insinúan una nueva fase en la era de partidos. Los métodos participativos y no personalistas del 15M, usados por el Partido X, podrían servir de sistema operativo de un nuevo frente liderado por Podemos. El nuevo Frente en Red debería ser más agregador que un frente popular de izquierdas.

La interpretación de los resultados españoles de las últimas elecciones europeas es bastante unánime. Batacazo del bipartidismo. Fulgurante ascenso del soberanismo catalán. La izquierda fragmentada empieza a soñar con tomar el poder en Madrid y Valencia. Y una gran sorpresa: los cinco eurodiputados de Podemos, ese híbrido de izquierda clásica, altermundismo y quincemayismo. El ascenso de partidos ambiguos y contradictorios como UPyD y Ciutadans acaba de desajustar un tablero político en el que la decadente Cultura de la Transición se desmorona.

Sin embargo, las lecturas izquierda-derecha o centralismo-independentismo se me antojan insuficientes. Más todavía con un 54% de abstención. Creo que existe un rincón electoral menos visible del que se pueden extraer algunas conclusiones: los tímidos resultados de la Red Ciudadana Partido X. Los medios han encumbrado con naturalidad y alivio al Podemos de Pablo Iglesias como el partido de los Indignados. Sin embargo, desde el ecosistema 15M, la propuesta partidista que primero llegó fue el Partido X. Un No Partido que se definía como un método y rehuía de los liderazgos personales. Un No Partido que reivindicaba la política participativa y copyleft (libertad de copia). Una propuesta que sedujo a muchos. «Róbanos el programa, si tu partido llega al poder y aplica nuestras ideas, nos parecerá bien».

Cartel del Partido X

Cartel del Partido X


Pero el Partido X mutó en pocos meses. De No Partido se transformó en un partido con candidato, rostro (Hervé Falciani) y un programa (elaborado en red, eso sí). Y el proceso X, con un alto impacto en redes sociales, acabó con apenas 100.000 votos. La cifra es considerable para un nuevo partido sin recursos. Pero se queda por debajo de las expectativas de sus próprios fundadores. Sin embargo, en su tímido resultado electoral yo encuentro un visible éxito.

El Partido X ha sido un malabarista de las redes, de los memes, de las ocupaciones semánticas. Su red ha conseguido colocar en lo más alto de los Trending Topic de Twitter críticas incisivas contra políticos y banqueros. Ha ocupado los hashtags de los programas televisivos a los que no invitaban a su temido candidato Hervé Falciani. Ha erosionado la legitimidad del bipartidismo con creatividad corrosiva. El Partido X ha puesto cara, nombre y cifras a esa nebulosa lejana llamada Troika que gobierna el sur de Europa. Y ante todo ha construido una red. Y un método: wiki, abierto, transparente.

Sus errores, sin embargo, saltan a la vista con el espectacular ascenso de Podemos. Es cierto: los canales televisivos no han invitado a sus tertulias a un Hervé Falciani que habría puesto el fraude fiscal de la élite político económica sobre la mesa. Hubo incluso cientos de irregularidades en las mesas elecrtorales, en las que misterioramente desaparecían sus papeletas. Muchos exiliados, esa creciente Marea Granate, denunciaron trabas para votar en el extranjero. Pero el Partido X debería mirarse al espejo (de las calles y las redes) para ver dónde se ha equivocado.

El Partido X no ha conseguido llegar a la ciudadanía más analógica, la que todavía está pendiente de los debates televisivos. Tampoco acabó de ocupar los grandes medios de comunicación. Y fracasó, en mi opinión, en la construcción de emociones y de una nueva marea subjetiva que ahora se llama Podemos. Sin emoción, el salto de la indignación al empoderamiento en el terreno partidista es casi imposible. Y quizá el personalismo de Pablo Iglesias, en claro antagonismo a las dinámicas colectivas y sin líderes del 15M, haya sido el troyano para entrar en el sistema usando sus lógicas. Un aséptico método en red, como el del Partido X, parece insuficiente en estos tiempos convulsos, si no se mezcla con otros ingredientes.

La huída de una posición ideológica tampoco ha acabado de cuajar. Jugar a la ambigüedad, buscando el voto de los abstencionistas que no se identifican con la izquierda clásica, no se ha traducido en votos. UPyD o Ciutadans, fingiendo ser nueva política, han seducido mejor al perfil abstencionista que el Partido X. Y Podemos ha capturado voto tanto del PSOE como del posible crecimiento de Izquierda Unida. El Partido X no ha conectado con la indignación de izquierda. Y lo ha pagado caro. Puede que las estructuras y formatos de las izquierdas (sus partidos históricos, los sindicatos) estén trasnochados. Pero no sus valores. Y muchos de los que han tomado las plazas desde 2011, impregnados de la tolerancia a la diferencia del ecosistema 15M, no votarán a un partido neutral que no se moje en cuestiones ideológicas como el aborto, la Monarquía o la laicidad del Estado. El método como sustituto de la ideología no acaba, de momento, de convencer a todos.

¿Sobrevivirá la Red Ciudadana Partido X como partido? Puede ser. Pero mi sospecha es que tiene mucho futuro como sistema operativo de otros partidos. O como lobby ciudadano. O como herramienta de participación, de movilización o de vigilancia al poder. El método 15M –ese abanico de herramientas, procesos de red y construcción de soluciones colectivas a problemas comunes– rehuye la forma partido. Sin embargo, es un nuevo sistema operativo libre y participativo que hace que la sociedad se comporte de otra forma. Tal vez le haya llegado el momento a los partidos.

El PSOE ha acabado siendo un desgastado y cutre Windows, apto para grandes corporaciones, Gobiernos y las masas. El Partido Popular ha intentado funcionar con un pretencioso y seguramente falso iOS de Apple: un sistema cerrado, propietario, basado en el marketing, en la competición y en el consumo. Y Podemos – el partido que puede liderar el cambio de piel de la política – debería basarse en la lógica de Linux, el software libre surgido a partir de la colaboración entre programadores y usuarios. Sin abandonar su ideología de izquierdas, debería aprovechar el sistema operativo del Partido X y de otros como EnRed, que en silencio planean el asalto electoral en las próximas elecciones municipales. El Partido X o EnRed, como partidos, difícilmente alcanzarán resultados electorales abultados. Por lo menos a corto plazo. Pero pueden ser un indispensable sistema operativo que haga funcionar ese software llamado Podemos que mezcló táctica y colaboración, ideología y emoción. Un software que puede acabar siendo utilizado incluso por otros partidos clásicos como Izquierda Unida.

Muchos reclamarán un nuevo Frente Popular que aglutine a todas las izquierdas. Las juventudes del PSOE e Izquierda Unida lo intentarán. Pero tal vez Podemos, sin renunciar a su ideología de izquierda, consiga articular algo más complejo, innovador y revolucionario: un nuevo Frente en Red de partidos, movimientos, colectivos y redes basado en el conjunto de métodos colectivos del ecosistema 15M.

#CiudadesEmocionales y #SmartCitizensCC conectan España y Brasil

El pasado miércoles 27 de noviembre de
2013, nueve colectivos de Barcelona, Recife, São Paulo, Barcelona y
Madrid participaron en el primer hangout en conjunto entre #SmartcitizensCC y #CiudadesEmocionales 
(vídeo aquí). Juntos, buscan reivindicar
la emoción como desencadenante de los procesos de creación
colectiva aplicadas a la transformación urbana. Cabe destacar que
este encuentro digital se realizó  en Madrid desde
@campodecebada,
un espacio autogestionado ubicado en el céntrico
barrio de La Latina. Desde allí intervinieron el colectivo de
cultura libre @c4c_colectivo; @TransitCultura, una plataforma que que
promueve y gestiona proyectos para facilitar el acceso al capital
cultural, y @paistransversal, una oficina dedicada la innovación en
ciudad y territorio.
«Necesitamos
transformar las ciudades que ya tenemos a través de una
participación activa de su ciudadanía.
Una ciudadanía proactiva,
comprometida y sensibilizada con las problemáticas de su entorno,
que hace un uso inteligente de los recursos, recupera su condición
política y es capaz de generar nuevos imaginarios, iniciativas para
construir entornos más equitativos y sostenibles desde una
perspectiva integral, económica, social y ambiental»,
eso es lo que reclamaba en el encuentro
digital #SmartcitizensCC  y #CiudadesEmocionales,  Jon
Aguirre Such de @paistransversal,
participante en esta multiconfrencia transatlántica e
involucrado en un proceso que busca rescatar la emoción como parte
inherente a los procesos de transformación de las ciudades, o dicho
en palabras del colectivo @baixocentro  otro
de los participantes del hangout que intervino desde Recife—:
«Por más que las
emociones sean efímeras, son las que inician los procesos de
creación colectiva».
La
emoción no permanece pero si lo hacen los procesos.

Campo de Cebada, un premio internacional a la ciudadanía en red

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«And the winner is… La ciudadanía en red!». El Campo de Cebada, un espacio ciudadano de Madrid gobernado de forma horizontal, acaba de conseguir uno de los premios internacionales más relevantes: el Golden Nica del prestigioso festival Ars Electrónica. Un jurado internacional de renombre, entre los que estaba el mito ciberpunk Bruce Sterling, decidió que no existe otro proyecto en el mundo que esté tejiendo comunidad en el espacio público como El Campo de Cebada. Y por eso ha decidido que la categoría Comunidades digitales sea para este espacio madrileño.

¿Comunidad digital?, se preguntarán algunos de los que frecuentan el espacio. En el sitio oficial de Ars Electrónica se justifica la decisión así: «El Campo de Cebada es una prueba de que la crisis también crea oportunidades. En el lugar de una piscina demolida, los vecinos de los alrededores construyeron un lugar para el intercambio humano, la creatividad, para el encuentro de la comunidad tanto para los que vivan en Madrid como online». Exacto: El Campo de Cebada es un cruce de redes y territorios, de dinámicas digitales y presencia física. Quien participa en El Campo de Cebada teje red, crea un proceso (software), transforma lo físico (su cuerpo, el huerto colectivo, la cancha de baloncesto construida de forma colaborativa…) en el hardware abierto que es la base de la comunidad.

Sugerencia: dejemos de hablar de red social como sinónimo de herramientas digitales. El camino al MundoReal™ (qué gran texto de @Ciudadano_zer0) desde Internet es más directo del que la mayoría piensa. Y en un momento en el que lo digital y lo analógico se confunden en conceptos como ‘fisital’, ‘digitalógico’ o ‘cibridismo’ vemos cómo un festival de tecnología como Ars Electrónica premia una convivencia humana en el espacio físico. El Campo de Cebada es una fábrica (oh, palabra del pasado-que-agoniza) de tecnología social. Innovación social en estado puro.

Hace unas semanas, envié un mail a algunas de las personas que están involucradas en la gestión de El Campo de Cebada para que nos viésemos allá. Rubén Caravaca, gestor cultural y activista vinculado al movimiento 15M, respondió con un mail emotivo y profundo en el que me contaba que el movimiento 15M, concretamente la Asamblea Austria, ya no era el epicentro del proyecto. Era una parte de un ecosistema más rico y mayor.

«El Campo es un proceso singular, único, con aciertos y errores, pero lo importante es que la gente lo hace suyo. No es el espacio de los de siempre, de los alternativos, de los perroflautas, es el punto de encuentro del barrio, es crear plaza, es participar… es llevar a adelante lo que decimos en tantos foros y que habitualmente se reduce a los de siempre».

El espacio público del futuro está aquí. Se gestiona en red, de forma horizontal, participativa. Es un espacio en beta, imperfecto, que mejora y muta gracias a la inteligencia colectiva. Es más que espacio público: es un espacio común. Pero Houston / Madrid, tenemos un problema. Faltan recursos. Los ciudadanos que han conseguido para Madrid uno de los premios internacionales más prestigiosos tuvieron que recurrir al crowd funding para recaudar los 6.000 escasos euros necesarios para construir una cúpula geodésica que proteja de la lluvia algunas de las actividades culturales habituales en El Campo de la Cebada.

El espacio público del futuro está aquí. Se cocina en red. Pero llegó el momento de que las instituciones reviertan los recursos públicos (impuestos de todos) en lo común, que distribuyan nuestros recursos directamente en las comunidades que construyen ciudad y tejen comunidad.

Microutopías en red: los prototipos del 15M (II)

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Imagen: Voces con Futura

«El 15M – ya sea un diagnóstico, un movimiento, un estado de ánimo o un conjunto de vínculos humanos – ha construido prototipos. Y muchos. Jurídicos, urbanos, culturales, económicos, tecnológicos, comunicativos, políticos, afectivos». En la primera entrega del texto Microutopías en red: los prototipos del 15M comencé este inventario personal de prototipos del 15M: procesos / acciones innovadoras que ya están funcionando, logros colectivos, historias en minúsculas con un fuerte impacto, invisibles para una gran mayoría. Hable de la microutopía del método, de la microutopía urbana, de la microutopía comunicativa, de la microutopía de la cultura colectiva y de la microutopía en femenino surgidas al calor del 15M.

A continuación, otros diez prototipos cocinados colectivamente en el entorno 15M. Podrían ser más. Mucho más. Pero este texto no pretende ser una lista ni un inventario decimonónico. Este texto está en construcción. Este texto sueña con ser linterna, luz de vela. Una brizna de luz tenue que se cuele por las grietas del sistema y alumbre poco a poco la materia de un mundo nuevo. Puede haber tantos prototipos como personas. Apenas hay que tener actitud para coger la linterna, apuntar hacia un rincón e intentar ver el cambio.

                                                            PROTOTIPO 6 / MICROUTOPÍA DE LA PARTICIPACIÓN

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Las asambleas celebradas en las plazas supusieron una casi inédita politización del espacio público. A pesar de que los mecanismos de consenso no acabaron influyendo directamente en el funcionamiento de la democracia, la creación de nuevos espacios de diálogo político dejó bastante en fuera de juego a las instituciones. El proyecto / proceso Parlamento a la Calle, por ejemplo, es un verdadero jaque a la democracia estática que sólo dialoga en los hemiciclos. Además, las asambleas en las plazas sí consolidaron algunos mecanismos concretos.

El deseo de participar es la esencia de la herramienta Propongo, una plataforma que recolecta ideas políticas y habilita la votación colectiva que inspiró al Gabinete Digital del Gobierno de Rio Grande do Sul (Brasil). Por su parte, la Asamblea Virtual ha sido un verdadero laboratorio de participación tecnopolítica. Otras iniciativas como Ahora tu decides (que incentivan referendums digitales sin mediación del Estado), las urnas indignadas colocadas en las calles el pasado noviembre o las mesas de consulta sobre la sanidad de la Marea Blanca tienen un impacto simbólico poderoso, que pueden forzar cambios en los mecanismos participativos del sistema. Incluso la iniciativa Graba tu pleno, que anima a los ciudadanos a grabar los plenos políticos para garantizar la transparencia, podría considerarse también un influyente prototipo del 15M.

Pero tal vez sea Demo4Punto0, una iniciativa híbrida de participación, la más innovadora. Demo4Punto0 es un mecanismo que permite que todos los ciudadanos puedan participar digitalmente en la votación de cualquier ley. Calculando la presencia de cada partido en el parlamento, el mecanismo descuenta proporcionalmente una silla por cada 150.000 personas que hayan participado. No es casualidad que la Junta de Andalucía haya encargado el innovador Informe de Democracia Digital de Andalucía a algunos de los fundadores de Demo4Punto0.

 

                                                   PROTOTIPO 7 / MICROUTOPÍA DEL ACTIVISMO LÚDICO

La no violencia inspiró al 15M. El 15M resucitó la resistencia pacífica y la adaptó a la era red. Renegando a las armas, a la guerrilla urbana clásica, el 15M convirtió el ludismo en su wikibandera. Las emociones en red, la viralidad de las acciones, multiplicaban el efecto y mutaciones de las mismas. El culture jamming – remezcla de logos y símbolos revista canadiense Adbuster que incentivó Occupy Wall Street – sufrió una mutación. Y los jammers del 15M se transformaron en DJs de emociones y memes. Vimos cómo las bailaoras flamencas del flash mob Flo6x8 invadían un banco; vimos cómo una multidud montaba una fiesta en una sucursal de Bankia (vídeo arriba) para promover la campaña #CierraBankia;  nos sorprendimos con la parodia Cajero Electoral. Si los bancos son al final los que no gobiernan, ¿no deberíamos votar directamente en los bancos? El Ji Jitsu político que usa la fuerza del enemigo para tumbarle es el arma de la campaña Metro de Lujo de gente encorbatada contra la subida de tarifas, del hortera Cobrador del Chandal que perseguía a políticos o de aquella venganza fétida de llevar #TubasuraalBanco. Campaña, por cierto, que importó Portugal (#OLixoAosBancos).

La #ManiFicció que dejó en ridículo a los Mossos D’Esquadra y medios de comunicación de Catalunya (se convocó una manifestación falsa como forma de guerrilla) es otro gran ejemplo.

Imatges de la #manifantasma d’aquest vespre a Urquinaona: molta policia i periodistes, cap manifestant contra el BCE bit.ly/Jhhj5F

— BTVNOTíCIES (@btvnoticies) 3 de mayo de 2012

El 15M ha remezclado con imaginación El manual de la guerrilla de la comunicación y el Tratado para radicales, de Saul Alinsky, entre otros clásicos de la acción. Además, ha construido una auténtica guerrilla de trolls activistas en Twitter. Los perfiles @barbijaputa o el colectivo @ikastrolla son buenos ejemplos.

 

                                                                      PROTOTIPO 8 / MICROUTOPÍA DE LA RESILIENCIA 

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Ante la subida de las tarifas del transporte público, la resistencia clásica inventaría barricadas, manifestaciones, hogueras urbanas. La resiliencia – adaptación, microataque, hackeo – busca las grietas, lo alegal. YoMeMetro, TúTeMetras ….no pagues el billete. Si el revisor te pone una multa, existe una cooperativa que sufraga los gastos: es más barato pagar una mensualidad a la cooperativa MeMetro que pagar el abono transporte mensual. El movimiento YoNoPago, nacido en Grecia, que lucha contra los peajes de autopistas o subida de tarifas del metro, también es una prueba de resiliencia. Cuando subieron el IVA a los autónomos al 21% también hubo una organización bacteriana, un movimiento cocinado en red llamado #HuelgaAutónomos, para compartir entre varias personas una misma cuota de autónomos o darse de baja durante meses concretos.

 

                         PROTOTIPO 9 / MICROUTOPÍA DEL POST-SINDICALISMO EN RED

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Imagen: Marea Verde, por Andrés Arriaga. Licencia: Creative Commons.

El fenómeno de las Mareas ciudadanas, principalmente de las Mareas de Madrid, no está siendo suficientemente estudiado por sociólogos o antropólogos. Menos todavía por los medios de comunicación. La Marea Blanca (que defiende la salud pública), la Marea Verde (que lucha por la educación pública), la Marea Azul (defensa de la gestión pública del agua) o la Marea Violeta (feminismo), son una mutación de las movilizaciones tradicionales convocadas por partidos políticos y sindicatos. El 15M trastocó todo. Modificó el código de las protestas. El 15M contagió a la sociedad. Y por eso las Mareas funcionan con horizontalidad, con trabajo en red, sin jerarquías. La movilización crea un nuevo imaginario (verde=educación) y nadie acude a una manifestación con pancartas sindicales o de partido, aunque pertenezcan a ellos. Los documentos se trabajan, además, con transparencia y apertura. Las Mareas son una nueva forma de movilización social. ¿Son las Mareas una nueva forma de sindicalismo?, se pregunta hace unos meses Madrilonia. Yo no tengo dudas: las Mareas son un post-sindicalismo en red que marca el inicio de una nueva era.

El #TomaLaHuelga, el bloque crítico que el 15M convocó para la huelga general del pasado 14 de noviembre, es otro claro caso de Post-Sindicalismo.

                                                               

                                 PROTOTIPO 10 / MICROUTOPÍA DE LA INTELIGENCIA COLECTIVA 

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Mapa de Stop Desahucios, construido sobre la plataforma Ushahidi. Una alerta de SMS avisa al usuario desahuciado sobre los apartamentos que están vacíos cerca de su vivienda que sean propiedad de los bancos.  

El “sólo no puedes, con amigos sí”, una frase del rebelde programa infantil La Bola de Cristal (1984-89), fue un grito habitual en la primera fase del 15M. Quizá por eso se ha pasado con tanta naturalidad del DIY (Do it Your Self, hazlo tú mismo), uno de los mantras de la era red, al DIWO (Do It With Others, hazlo con otros). Un matiz interesante: el 15M ha consagrado de la ‘multitud’ frente a la ‘masa‘. Frente al ‘hombre masa’ del que hablaba Ortega Gasset se está configurando el ‘hombre multitud’ (Toni Negri, Howard Rheingold) , que conforma un cuerpo mayor, autónomo, que supera a la suma de sus partes. Las multitudes inteligentes del 15M han visibilizado como nunca el poder del concepto swarm (enjambre) (Kevin Kelly / Steve Johnson) o de inteligencia colectiva (James Surowiecki, Pierre Levy). Movimientos como Stop Desahucios (que intentan evitar desahucios colectivamente), acciones como los Escraches (que señalan en público a políticos y banqueros) o campañas como Toque a Bankia son la prueba empírica del poder del enjambre y la inteligencia colectiva.

La inteligencia colectiva nutre la 15Mpedia o el Glosario Abierto del Vivero de Iniciativas Ciudadanas. La inteligencia colectiva es la mejor aliada de os grupos de What´s app creados por ciudadanos durante las manifestaciones para velas por su seguridad. La inteligencia colectiva alimenta el mundo paralelo, sostenible y alternativo mapeado en el proyecto MeCambio.Net.

 

                                                                             PROTOTIPO 11 / MICROUTOPÍA DE LO COMÚN

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“Del caos han surgido esas acciones, construcciones y giros que tienen intenciones integrales, no corporativas; tienden a organizarse como comunidad”, afirmaba recientemente la hacker Marga Padilla en un texto de TomalaPlaza.net. Y el 15M es un manantial de comunidades. Un manantial de comunidad de vecinos que comparten WI-Fi gracias a Wifis.org,  usan monedas sociales (PUMA y un larguísimo etcétera), sistemas de trueque digital / analógico como Nockin o prácticas cooperativas como el Proyecto No.Ma.Des.

La construcción de comunidades, la interrelación entre ellas, emana de un fuerte deseo de procomún. Los bienes comunes, lo común, estuvo muy presente como debate desde los inicios del 15M. La Carta de los Comunes, del colectivo Madrilonia.org, editada por Traficantes de Sueños, es un buen ejemplo de que la microutopía de lo común que el 15M está construyendo con prototipos concretos, a veces mínimos, simbólicos o casi invisibles está apoyada también en contenido intelectual.

 

                                                                           PROTOTIPO 12 / MICROUTOPÍA JURÍDICA

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El 15M ha trastocado uno de los pilares del Estado occidental: el jurídico. La existencia de la Comisión Legal Sol, que nació la primera noche de la acampada cuando una persona que asistió jurídicamente a otra, es una mutación hacia lo colectivo  de una profesión especialmente individualista. En España, algunos abogados ya llevaban trabajando en red unos años, compartiendo documentos e incentivando las licencias libres en su documentación (los que convergieron en #Nolesvotes, entre otros). Pero el 15M ha multiplicado esta microutopía jurídica colaborativa, abierta y libre. Un ejemplo son los métodos jurídicos prototipados colectivamente por Stop Desahucios y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). La operación Euríbor, cocinada, comunicada y lanzada en red, es otro espectacular ejemplo de la microutopía jurídica ‘made in 15M’.

El caso de Toma Parte es doblemente interesante. Es un colectivo de abogados en red que trabajan anónimamente. Y al mismo tiempo es una plataforma /herramienta que activa la inteligencia colectiva: “tomaparte es una herramienta diseñada para que los ciudadanos unamos nuestros recursos para lograr soluciones. Juristas aportarán el conocimiento necesario para encontrar la acción legal adecuada. Cualquier persona podrá hacer una propuesta online. La comunidad votará las propuestas, las complementará con pruebas y testimonios y aportará lo necesario mediante crowdfunding. La documentación estará disponible bajo licencias Creative Commons y podrá ser reutilizada».

Sin embargo, la microutopía jurídica del 15M está marcada por una acción concreta: 15Mparato. La campaña, lanzada a través de la plataforma Goteo.org, consiguió reunir en menos de 24 horas los 16.000 euros necesarios, para procesar a Rodrigo Rato por su sospechosa gestión al frente de Bankia. Cocinada en red, comunicada por redes digitales, consiguió la implicación de 50 accionistas que se ofrecieron como querellantes, además de decenas de testigos internos. La ciudadanía en red dejó la actitud  defensiva. Y atacó. Y mostró, en la primera acción jurídica con crowd funding de la historia, que la élite político económica puede empezar a temblar. “Se ha acabado la impunidad. En la guerra de los de arriba contra los de abajo el miedo ha cambiado de bando», podemos leer en el site de 15Mparato.

                                              PROTOTIPO 13 / MICROUTOPÍA DEL CONOCIMIENTO LIBRE

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Conocimiento libre, licencias libres, acceso libre. Desde sus inicios, el 15M se colocó frontalmente contra el copyright. Muchos nodos o actores del 15M han tenido especial importancia en la presión para mejorar la Ley de Transparencia. También en la lucha contra proyectos restrictivos como la Ley Lassalle. La 15Mpedia recoge muchísimas iniciativas alrededor de la cultura y acceso libres, como esta lista de bibliotecas en línea de libre descarga.

Por otro lado, el 15M y la mutación Marea Verde están defendiendo el acceso a la educación pública con algunos detalles innovadores. La microutopía de la ‘Ciudad del Aprendizaje’  – la enseñanza impregnando la urbe, sin muros, sin la jerarquía del pasado – está en marcha. El pasado 9 de marzo, las universidades madrileñas tomaron  la ciudad durante la campaña #UniEnLaCalle. 575 plazas y puntos de la ciudad repletas de clases magistrales.

 

          PROTOTIPO 14 / MICROUTOPÍA DE LA REVOLUCIÓN DE LA TERCERA EDAD 

«Somos mayores, no tenemos miedo». Este grito habitual del colectivo Iaoflautas / Yayoflautas desmantela cualquier cliché sobre el movimiento 15M y los «jóvenes desempleados que salen a las calles». Además, el nacimiento del colectivo Iaioflautas en Barcelona desactivó la intoxicación del coro mediático que identificaba a los participantes en el 15M con hippies (perro+flauta), ya que ‘yayo’ es sinónimo de abuelo en Catalunya. La expansión del fenómeno Yayoflautas por todo el Estado español fue fulgurante. Y crea el nuevo imaginario revolucionario de una Europa envejecida. Tal vez el meme que tumbe a la Troika y asalte Bruselas no será un estudiante y sí un abuelo empoderado al que su nieto le ha enseñado a usar las redes sociales. La acción #LaBolsaolavida que abre este prototipo – como la mayoría de las acciones de los Yayos – tiene un impacto simbólico que todavía no hemos alcanzado a entender. Un grupo de jubilados invadiendo una bolsa de valores ni siquiera había ocurrido en las visiones distópicas de la literatura ciberpunk. Y #EstáPasando

         

                            PROTOTIPO 15 / MICROUTOPÍA NEOINTERNACIONALISTA

El 15M ha diluido fronteras. Ha tejido comunidades transnacionales. Ha mitigado el nacionalismo exagerado que el sistema forja durante sus crisis. Primero, el 15M expandió su redes por todo el mundo, ignorando a los Estados nación. Sus gritos («no somos mercancías en manos de políticos y banqueros») se entendían en todas las lenguas. Tejer redes, diluir fronteras. Después, desde su corazón / nodo español, el 15M ha abrazado la diferencia. Ha protegido a sus inmigrantes de la policía. Ha reforzado campañas contra los Centros de Internamiento para Extranjero (CIES). Ha fundado Brigadas Vecinales de Observación de Derechos Humanos. Incluso los médicos se declaran objetores de conciencia frente al recorte de derechos y atienden inmigrantes ilegales. El 15M está fraguando un nuevo movimiento internacionalista, tan potente como el obrero de finales del siglo XIX, pero con unas herramientas conectoras jamás vistas. El vídeo de solidaridad de los ciudadanos alemanes, en respuesta al vídeo de una asamblea del 15M, es una prueba visible de una nueva microutopía neointernacionalista.

Microutopías en red: los prototipos del 15M

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Imagen: Voces con Futura

La segunda entrega del texto ‘Microutopías en red: los prototipos del 15M’ la publicaré el próxima miércoles 15, coincidiendo con el segundo aniversario del 15M. 

“Las viejas manifestaciones, tan grises y limitadas, se han quedado obsoletas e inútiles, y han dado paso a un infinito de posibilidades. Hemos repensado la acción, la queja, las relaciones, lo público, lo común”. En el texto colectivo Esto no es una manifestación aparecen rincones-detalles que los medios de comunicación de masas ignoran. Esto no es una manifestación no es un ejercicio de nostalgia. No es un anhelo de aquella vibrante Multitud Que Ocupada las Plazas que conformó aquel imprevisible cuerpo colectivo, aquel entramado de afectos al que algunos llaman “movimiento 15M”.

Esto no es una manifestación es un inventario de detalles mínimos / máximos, de acciones, procesos, proyectos para los que mal nos sirven las palabras viejas. Esto no es una manifestación, decíamos: “Y nuestra imaginación ha desbordado por completo el espacio de lo posible, construyendo ya nuevos mundos dentro de la vieja carcasa de este”. Esto no es una manifestación. Esto no es una suma cuantitativa. Esto es más que una enumeración de logros. Esto es algo más que un eco de aquel “vamos despacio, porque vamos lejos”.

Algunos medios de comunicación se apresuran a enterrar a “lo que queda del 15M”. Tras la manifestación de hoy, convocada en las principales ciudades de España, algunos colocarán una esquela sobre el 15M. Contarán cabezas, elegirán su foto más despoblada. Manipularán incluso alguna imagen, tal como se hace en las dictaduras. Conmemorarán el entierro, aislados en su cueva, reflejados en el empañado espejo mediático del viejo mundo. No mirarán los detalles, el proceso, el goteo insistente. No observarán. No escucharán. No leerán este texto.

Cierto: el 15M es tan complejo que cuesta categorizarlo, explicarlo, traducirlo. Además, los ojos ven lo que están acostumbrados a ver, como recuerda Amador Fernández-Savater en el recomendable Ver lo invisible: unicornios y 15M. Pero quizá sí se alcance a vislumbrar su potencia transformadora describiendo pequeños gestos, sueños en minúscula, construcciones colectivas, invisibles para muchos. El 15M no necesita más la utopía en mayúsculas, no. No necesita aquella UTOPÍA del Mayo del 68, aquella estúpida “playa debajo de los adoquines” que nunca apareció. No la necesita porque el 15M ya ha construido su propia utopía: decenas, centenares, miles de microutopías en red. El 15M no necesita un modelo utópico porque ya tiene – uno, cientos, miles – de prototipos reales. Prototipos microutópicos, conectados entre sí, conectados (casi) en tiempo real.

Palabras clave, sí: prototipo. «Ejemplar original o primer molde en que se fabrica una figura u otra cosa». La cultura digital, los procesos copyleft, la ética hacker tan presentes en los preámbulos del 15M impregnaron esta nueva revolución de multitudes conectadas. El prototipo, en el nuevo mundo abierto basado en los procesos, sustituye al modelo definitivo. Y el 15M ha cocinado – no ha dejado de hacerlo – prototipos. Los ha construido colectivamente, en red, de forma abierta. En aquella Acampada Sol inicial no había apenas personas protestando frente al colapso del sistema. En aquellas acampadas estaba el nuevo prototipo de mundo. Y estaba en los detalles. En sus guarderías, en sus bibliotecas abiertas, en sus huertos, en sus streamings, en sus mecanismos analógicos y digitales para proponer cambios. El 15M – ya sea un diagnóstico, un movimiento, un estado de ánimo o un conjunto de vínculos humanos – ha construido prototipos. Y muchos. Jurídicos, urbanos, culturales, económicos, tecnológicos, comunicativos, políticos, afectivos.

La potencia del 15M no está en la reacción, en la (necesaria) defensa colectiva del sistema del bienestar. Su bomba poético-real está en su naturaleza propositiva, creativa, innovadora. Ante la ceguera generaliza de nuestros políticos, ante el ojo tuerto de los medios, visibilizar estos prototipos reales, vivos, exportables-exportados es más necesario que nunca. No es una lista, no. Tal vez, un acto de justicia poética. Un inventario subjetivo que conforma algo mayor para lo que todavía no tenemos nombre

Nuestra venganza es ser felices, venimos diciendo un tiempo.

 

                                                                PROTOTIPO 1 / MICROUTOPÍA DEL MÉTODO

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Imagen: Ondas de Ruído. Licencia Creative Commons Share Alike 2.0

Las acampadas de 2011 sorprendieron a la vieja política con un regreso a las asambleas. Asambleas no jerárquicas, abiertas, en las que cualquier persona podía participar. Asambleas políticas, por primera vez en muchas décadas, celebradas en el espacio público. Asambleas que se convirtieron en método y hardware para ensamblar las ciudades. Del diálogo y la convivencia, como reacción al antagonismo visceral de la vieja clase política, surgió la necesidad del consenso: de aquí no nos vamos hasta que nos pongamos de acuerdo. Del desgaste del mecanismo de consenso de las acampadas nació la estrategia de la distribución geográfica y temática. #TomaLosBarrios. #TomaLaPlaya. #TomaLoqueQuieras. Hazlo con otros. Hazlo abierto. Y de la dificultad de la convivencia, de la lentitud del consenso, de la descentralización, fueron surgiendo mecanismo de autonomía.

El fork – utilizado en jerga del software libre para definir una desviación pacífica en un proyecto– pasó a ser usado en la política ciudadana del 15M. El recién formado Comité Disperso resume bien los nuevos rumbos del método 15M para lidiar con procesos de multitud plurales: “Se puede estar sin estar siempre. Se puede ser sin ser lo mismo. Se puede participar sin que implique casarse con nadie, ni dejar de tener vida propia. Desde el respeto mutuo, organizarse en la dispersión facilita la colaboración de personas y colectivos en diferentes grados, según sus propios deseos, capacidades y posibilidades, en cada momento”. No es de extrañar que el Partido X, Partido del Futuro, un fork del 15M, se defina como “un método”.

                                                                 PROTOTIPO 2 / MICROUTOPÍA URBANA

campodecebada

Imagen: Campo de Cebada. Licencia Creative Commons Share Alike 2.0

Las acampadas supusieron una doble mutación del espacio urbano. Primera: el paso del espacio público al espacio común. Las plazas, fustigadas por la privatización de su uso y por excesivas prohibiciones, renacieron como un común, como un procomún urbano. Los ciudadanos en red, sin jerarquías ni líderes, organizaron un espacio urbano peer-to-peer (de persona a persona), de plazas-nodos conectados entre sí. La segunda mutación: el espacio híbrido. No eran plazas de adoquines. Era plazas hechas de átomos y bits. La vida analógica estaba íntimamente entrelazada con la digital. Inseparablemente. Durante la Acampada sol, el Twittómetro conectaba redes y plazas, espacios virtuales y físicos. La campaña #AbreTuWIFI, que incentivaba abrir el WI-FI desde los apartamentos durante manifestaciones, alimenta esta nueva ciudad híbrida. Otro buen ejemplo: el mapa #Voces25S, creado para proteger a la multitud de la violencia policial. Bastaba tuitear desde el teléfono móvil con la geolocalización activada para colocar la Alfombra Digital a la Ciudad Física.

La primera mutación camina hacia una red de espacios públicos convertidos en espacios comunes, autogobernados, autogestionados, llenos de vida, como el Campo de Cebada de Madrid. Espacios que cuentan, en su mayor parte, con apoyo de unas instituciones sin ideas ni recursos. La segunda mutación vuela hacia la plataforma móvil Convoca!, que permite hacer check in en una multitud inteligente, manifestación, evento o acampada. Ambas se mezclan en un nuevo espacio de flujos, en red, conectando peers glocalmente, más allá de instituciones y fronteras, al margen de lógicas comerciales.

                                                             PROTOTIPO 3 / MICROUTOPÍA COMUNICATIVA

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Imagen: Fotomovimiento.org

Pocos países del mundo viven en la práctica el concepto del sociólogo Manuel Castells de la “auto comunicación de masas” como lo hace España. Ante la mirada de unos medios masivos encerrados en sus clichés y limitaciones corporativas, el 15M creó un sistema de auto comunicación de masas sin parangón en la historia. Instauró la transparencia como método: streaming de asambleas, actas/documentos abiertos de las reuniones. Una transparencia que es acción y comunicación de forma simultánea. El 15M hizo los mejores streamings de las manifestaciones desde los inicios. La TV envejeció un siglo ante los streamings ciudadanos de People Witness o Toma La Tele. La revolución sí fue televisada, contrariando el hit sonoro de Gil Scott-Heron (The Revolution will not be televised).De hecho, algunos medios escritos, viendo el impacto global de SolTV y los streamins ciudadanos, empezaron a hacer coberturas audiovisuales en vivo para no quedarse atrás.

Y las fotografías de agencias (una buena parte) perdieron lustre ante los cañonazos poéticos del FotoMovimiento. Y Audiovisol o Agora SolRadio o el Periódico 15M (impreso en papel) marcan el paso en la innovación auto comunicativa de las multitudes inteligentes. Algunos nuevos medios como ElDiario.es, La Marea, Reset Project, Revista Números Rojos o Café amb Llet nacieron empapados de la microutopía comunicativa del 15M. Por si fuera poco, resta mencionar la máquina de Trending Topic globales de Twitter del 15M, que se cocinan en PADs colectivos como éste y ya son casos de estudios en las universidades de comunicación de todo el mundo.

                                                                PROTOTIPO 4/ MICROUTOPÍA EN FEMENINO

Vídeo: presentación de Zorras Mutantes en la Asamblea General de Sol, el 13 de mayo de 2012.

Del nosotros al nosotras. Ver a hombres hablando con naturalidad en femenino, algo habitual en el entorno 15M desde las acampadas iniciales, es mucho más que un detalle. Es un síntoma. Es una mutación. Un paso de lo competitivo a lo colaborativo. De la ciudadanía a la “cuidadanía”. Es la punta del iceberg de un nuevo paradigma de mundo. No hablo de microutopía femenina porque creo que es algo más profundo. Como mínimo, asistimos a una remezcla del feminismo clásico que en ocasiones construye los mismos muros categóricos y antagónicos del machismo. El 15M está fraguando una intuitiva bajada a tierra de las utopías ciberfeministas del El manifiesto Ciborg de Donna Haraway.

La existencia de la asamblea TransMaricaBollo (colectivos gays, lésbicos y transexuales de Madrid) es otro síntoma de la microutopía agregadora, plural y transgénero que anhela el cuerpo colectivo del 15M. Sin ser central en el movimiento, la asamblea Zorras Mutantes, que coquetea con el movimiento queer, el poliamor y las consignas del feminismo ciborg, es otra chispa en esta microutopía del #PosFeminismo y #PosPatriarcado. Aquí un extracto de su manifiesto: «Somos animal-humano-máquina-software, y hackeamos las fronteras de lo establecido (…) Nos declaramos en huelga de género y de especie: renunciamos a nuestras categorías de género binarias y a la categoría de humano, que son clasificaciones arbitrarias de una tradición imperialista (…) no reconocemos fronteras corporales, subjetivas y territoriales de ningún tipo (…) Abominamos del dualismo sujeto-objeto, del individuo posesivo y del derecho de propiedad y nos proclamamos metacuerpos».

                                              PROTOTIPO 5 / MICROUTOPÍA DE LA CULTURA COLECTIVA

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La cultura copyleft – fraguada como resistencia al copyright – es una inspiración directa para el 15M. El Deseo Copyleft – que legitima la copia y el reuso del contenido – encendió los meses previos al 15M contra la Ley Sinde. Y de forma intuitiva, coral y no planeada se convirtió en el proceso vertebral de la #GlobalRevolution. Las plazas copyleft, las plazas corta & pega, aquellas que colgaban en sus espejos digitales cómo ocupar, cómo grabar, How to occupy, desembocaron en una creación y contagio colectivo inaudito.

Tras la explosión del 15M nació la Fundación Robo, diluyendo el concepto de autoría individual, lanzando canciones firmadas con la identidad colectiva Robo. Canciones de libre descarga, con licencia libre. Nació el hermano literario de Robo, el proyecto Asalto, literatura colectiva, pildoritas poéticas remezcladas en intensos Asaltos colectivos. Y las Plazas Invisibles, escritas por Italo Calvino + el 99%. Y VocesConFutura, los gritos gráficos de creadores inspirados – refugiados en el enjambre pixel del 15M. Y Bookcamping.cc, que surgió tras una inocente pregunta: ¿Qué libro te llevarías a la plaza?. Con sus estanterías colectivas de libros, con sus playlists de títulos, con sus visitas guiadas, Bookcamping.cc es un excelente ejemplo de la nueva cultura cocinada en red y orientada al bien común. Aunque quizá sea el proyecto transmedia 15M.cc – documental, libro, 15Mpedia – el que resuma mejor el espíritu colectivo, abierto y colaborativo de la microutopía cultural del 15M.

La remezcla – A copia a B, B recrea la obra de A  pasa de ser un defecto  a una virtud. La remezcla pasa a ser un homenaje, una co-creación. Y, por qué no, un grito de guerra. Qué mejor que #cortapegar un fragmento del Asalto nº 4, Lorca remix, en apoyo a la Marea Verde que defiende la educación: «Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. La educación necesita tu mano para vengarla. Y expulsar a quienes buscan el fracaso de las masas».